N o es una vaca cualquiera. No da leche condensada, pero… ¡ay, qué vaca tan salada! por todos lados le quieren exprimir la teta a la pobre, y ella ya no sabe ni qué hacer. Lo cierto, queridos lectores, es esto: nuestra vaca colec- tiva, o sea nuestra industria lechera, está en la cama de los perros, o por lo menos así lo siente el rubro lácteo del agro.
Los productores piden que se les pague a 42 centésimos el litro de leche grado A y a 29 centésimos el litro de leche grado C, mientras que los procesadores pagan 28 y 21 centésimos, respectivamente, y hasta la semana pasada, sólo estaban dispuestos a aumentarles tres centésimos por litro. O sea, impasse, debido al cual los productores han decidido salir a la calle a vender su producto sin intermediario, este viernes, al costo. Al momento de cierre de esta edición se han determinado tres puntos de expendio: uno en la plaza 5 de Mayo, otro en San Miguelito y el otro en la barriada 24 de Diciembre.
La leche se venderá a 42 centésimos el litro, empacada al vacío y ya pasteurizada, puesto que será procesada en las plantas de la Cooperativa de Productores Lecheros de Chiriquí (Cooleche), que es propiedad de 516 lecheros asociados, sociedad que según información recibida por este diario se está preparando para ampliar sus operaciones. Mis editores me pidieron que ofreciera ideas, platos fáciles en qué utilizar leche fresca. Algo así como… ¿manjar blanco? Por más rico que sea, no es exactamente lo que necesita una población agobiada por una inflación que afecta principalmente la canasta básica ; otra idea que tuve fue que ya que se va a conseguir la leche a un precio económico, se utilice para darse un baño relajante, como los de Cleopatra. Al fin y al cabo, todo ese ácido láctico hace maravillas por la piel. Pero finalmente me cayó la peseta: paneer.
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