En el mundo hay aproximadamente un millón de insectos conocidos, de los cuales, los escarabajos (coleópteros) constituyen el 41%. La mayoría de ellos son fitófagos (se alimentan de plantas), pero algunos depredan a otros insectos o se alimentan de hongos (micetófagos).
Los escarabajos han colonizado todos los ecosistemas del planeta: lacustres, acuáticos, el dosel y la parte baja del bosque, e incluso, se pueden hallar en la madera muerta dentro de un bosque.
La madera es un complejo ecosistema que alberga numerosas especies, además de los escarabajos, que interactúan entre sí, como los arácnidos, reptiles y anfibios, entre otros.
Siendo un material vegetal duro ¬compuesto principalmente de lignina o celulosa¬ toma mucho más tiempo para descomponerse que la hojarasca. Por eso, los insectos que la colonizan, juegan un importante papel, ya que ayudan a desmenuzar sus componentes y a regresarlos al suelo; es decir, contribuyen con el ciclo natural de los nutrientes.
“Si eso no ocurriera, no existiría la macrobiota en un bosque”, explica el biólogo ambiental Alfredo Lanuza, coordinador del programa de conferencias del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) en la provincia de Colón, y quien ha estudiado los escarabajos en el área del lago Gatún. “De las 122 familias de escarabajos conocidas, poco más de 90 familias tienen una relación directa o indirecta con la madera en descomposición”.

