El director general de la Autoridad de Turismo de Panamá, Rubén Blades, restó importancia a la nota que circuló a través de correos electrónicos en la que se le advertía que, si cantaba en el cierre del Panama Jazz Festival, recibiría un zapatazo.
“Si nadie firmó esa nota no tengo por qué darle importancia”, enunció. La carta solo decía que la invitación a llevar zapatos al evento, para lanzárselos al artista, la hacía el Comité Ciudadano Pro Moral de Panamá.
Sin embargo, durante la clausura del festival –el pasado sábado en la Plaza Catedral– Blades cantó con su esposa, Luba Mason, y ningún zapato fue lanzado.
