El español Alberto Contador y el británico Chris Froome comienzan desde este domingo su examen de junio en la Dauphiné, la carrera de ocho días por los Alpes que sirve de test antes del Tour de Francia.
Froome y Contador, los únicos corredores en activo con dos triunfos en el Tour de Francia, ausentes ambos en el reciente Giro de Italia, calibrarán sus piernas de cara al Tour, que comienza el 2 de julio, mismo objetivo con el que encaran la carrera los franceses Thibaut Pinot y Romain Bardet, el italiano Fabio Aru, o el australiano Richie Porte.
Froome no disputa una carrera desde primero de mayo (Vuelta a Romandía), mientras que para ver a Contador montado sobre la bicicleta en una prueba oficial hay que remontarse a mediados de abril (Vuelta al País Vasco).
En el caso de Froome, la Dauphiné tiene un componente psicológico especial, ya que sus dos únicas victorias en el Tour (2013, 2015) llegaron precedidas de sendos triunfos en esta prueba un mes antes.
Contador mantiene en cambio una espina clavada con esta prueba, en la que nunca se ha proclamado ganador pese a sus dos segundos puestos (2010, 2014).
En los ocho días de competición se recorrerán mil 153 kilómetros, comenzando este domingo con una contrarreloj inaugural de 4 kilómetros. Las tres últimas etapas finalizan con llegada en alto.
Contador, que cuenta con siete grandes vueltas en su palmarés, se mostró este sábado dispuesto a seguir en el pelotón hasta 2018, incluido.
"En este momento pienso en continuar aún dos años", declaró el corredor madrileño de 33 años la víspera del inicio de la Dauphiné.
Contador había anunciado en un primer momento que 2016 sería su última temporada. Pero en abril, con ocasión de su victoria en la Vuelta al País Vasco, dio marcha atrás en sus planes.
"Estoy reconsiderando mi futuro", declaró entonces. "Este año (2016) no será el último, lo puedo asegurar al cien por cien", afirmó Contador durante una rueda prensa en su hotel de Morzine, cerca del lugar desde el que comenzará el domingo la Dauphiné.

