RÍO DE JANEIRO, Brasil.(DPA) - España jugó hoy casi caminando para golear 10-0 a Tahití en el mítico estadio Maracaná y situarse así con un pie y medio en las semifinales de la Copa Confederaciones.
Fernando Torres, a los 5', 33', 57' y 78', David Villa, a los 39', 49' y 64', David Silva a los 31' y 89' y Juan Mata a los 66' marcaron los goles ante los débiles polinesios, una selección de aficionados en la que sólo hay un jugador profesional.
Minutos antes de iniciarse el encuentro los tahitianos obsequiaron banderines y collares polinesios a los españoles. Si la intención era ablandar al rival, se puede decir que durante un buen rato lo lograron.
Mientras España recibía abucheos cuando tocaba la pelota, Tahití desataba la euforia de un público entendido como es el brasileño con sólo enhebrar dos toques. El gesto de los españoles era claro: no sabían qué hacer, se sentían casi culpables por jugar ese partido.
Tras poco más de cuatro minutos de absurdo futbolístico, una España con gesto serio metió el primero.
Torres la cruzó con facilidad al segundo palo ante una defensa y un arquero mal ubicados.
El partido no resistía el análisis. España, que jugaba con Pepe Reina en el arco y otros nueve futbolistas diferentes respecto de los de su notable 2-1 ante Uruguay el domingo en Recife, se movía con el freno de mano puesto.
Tahití intentó abroquelarse en defensa -pero no supo cómo- y dejó casi sólo al extremo Steevy Chong Hue, que complicó a los españoles un par de veces.
Se fue del Maracaná sin ese gol que celebró, pero durante 26 minutos, entre el 5 y el 31' del primer tiempo, logró mantener su arco virgen.
Hasta que España se cansó de ser bondadosa y se olvidó levemente de que enfrente tenía un equipo de amigos para los que el fútbol es sólo un entretenimiento.
El primer tiempo se cerró en 4-0 con goles de Silva, Torres y Villa, y en el segundo, mientras el Maracaná seguía abucheando a la campeona del mundo, las cifras crecieron: Villa sumó otros dos tantos, y Torres y Mata uno cada uno para ir ampliando la diferencia.
Torres acusó la “culpa” al errar a los 77' el penal para el 9-0, falla que Roche festejó como si hubiera hecho la atajada del siglo. Pero 45 segundos después el español se escapó con facilidad, eludió al portero tahitiano y puso el noveno.
Iban 78' de juego y a Torres se le escapó la primera sonrisa, aunque el Maracaná no se cansara de abuchear a él y a sus compañeros y de pedir penales inexistentes.
En el final, Silva puso el 10-0. Los tahitianos, felices, llegaron al momento que más esperaban: intercambiar las camisetas con esos ídolos que conocían de la televisión y a los que acababan de derrotar en cuanto a fervor popular en el Maracaná.
