SAO PAULO, Brasil. (DPA).- Pelé, leyenda viva del fútbol brasileño, se emocionó este miércoles hasta las lágrimas durante el lanzamiento del libro 1283, número que alude a los goles que convirtió en su exitosa carrera.
El astro, que considera 1283 su “libro definitivo”, recordó sorprendentes capítulos de su vida durante la presentación realizada en el Museo de la Imagen y el Sonido, en Sao Paulo.
O Rei aseguró que la selección brasileña rehusó durante el Mundial de Inglaterra 1966 a tener una actuación privada del grupo musical The Beatles.
También se emocionó al recordar a su padre, Dondinho, quien le decía que él no había alcanzado su récord: convertir cinco goles de cabeza en un mismo partido. “El único récord que no batí”, dijo Pelé con la voz quebrada por el llanto.
Publicada en edición lujosa y limitada, de 1283 ejemplares, la obra del empresario Walter Schalka y el periodista Sirotsky repasa en 500 páginas la vida del exfutbolista en 1283 textos y 500 fotografías.
La edición de 1283 ejemplares tiene un costo de 3.600 reales (unos mil 658 dólares). Pero existe una edición especial de 50 ejemplares más lujosa todavía que cuesta 5.500 reales (cerca de 2 mil 500 dólares) y que contiene una imagen que muestra un corazón formado por el sudor en la camiseta de Pelé cuando se despidió de la selección brasileña en el estadio Maracaná.
Durante la ceremonia de presentación del libro, que será lanzado además en Nueva York, Londres y Dubai, fue exhibido un vídeo con capítulos de la carrera de O Rei, quien a lo largo de su vida fue recibido por reyes, presidentes, autoridades y personalidades de todo el mundo.
Al relatar pasajes de su vida, contó que en Inglaterra 1966 un empresario de The Beatles lo llamó para hablar con él durante la concentración y le ofreció realizar una presentación exclusiva para la seleção.
La banda, que sólo tenía por entonces seis años de vida, era aficionada de Brasil, pero el responsable por la concentración de la canarinha, Carlos Nacimento, dijo: “Esos peludos no van a entrar aquí”.
También recordó el Mundial de Suecia 1958, cuando realizó su primer viaje a Europa y las aficionadas suecas le pasaban la mano por la cabeza para ver si su cabello era verdadero. “Para mí, todas las rubias eran alemanas”, relató.
