El sábado 10 de junio hay un evento mundial en Panamá. El ucraniano Ruslan Ponomariov, excampeón del mundo, está en el país para participar en una exhibición simultánea en el centro comercial Altaplaza a las 3 p.m.
El nombre Ponomariov es un sello en el universo del ajedrez, como el Maradona en el fútbol o Roberto “Mano de Piedra” Durán en el boxeo. Tiene récords increíbles: fue el campeón juvenil más joven de todos los tiempos y también el campeón del mundo más joven de la historia del deporte. Su vida, como la de otros ídolos, también parece una de esas vidas escritas para convertirse en película.
Nació hace 39 años en Gorlovka, un pueblo fronterizo de Ucrania que el ejército ruso logró destrozar pero que en 1983 era de cuentos. Hijo de un ingeniero y una maestra, aprendió a jugar ajedrez leyendo los libros de la biblioteca de su casa cuando los padres trabajaban. “Yo me entretenía por mi cuenta. De forma autodidacta, leía los libros de ajedrez de mi padre delante de un tablero”, contó el ajedrecista a Diario Sur de España.
El salto llegó con una oportunidad que le brindó el sistema educativo: como política de Estado, buscaban a niños interesados en el juego para capacitarlos. Tuvo un entrenador y luego, cuando Ponomariov tenía 10 años, se mudó con otra familia a otra ciudad para seguir su formación. En el medio de todo eso, Ucrania, su país, logró la independencia.

En la entrevista con el medio español Diario Sur, Ponomariov repasó los hitos de su vida, el camino recorrido hasta llegar a la cima del deporte en el mundo y también los eventos trágicos. El año 1991, cuando el país se independiza de la Unión Soviética, fue un parteaguas: “Mis padres, como muchos otros, tuvieron que buscarse la vida. Recuerdo que hubo una época en la que no era tan fácil obtener comida, a veces no teníamos agua y sufríamos cortes de electricidad”, contó al periodista Manuel Alzuaga Herrera. El niño nunca tuvo bicicleta, pero los libros y el juego eran su refugio y su pasión. Y rindió frutos.
En 1995 fue campeón mundial sub-12 en Kiev. En 1996 logró el campeonato de Europa sub-18, toda una insolencia para alguien de 12 años. Ponomariov siguió: campeón mundial juvenil a los 14 años, el título de Gran Maestro en 1998, otra vez como el jugador más joven en haberlo conseguido, y campeón mundial K.O. de la FIDE en 2002 con 18 años -de nuevo: el más joven en lograrlo-. Y la lista sigue.
Ese genio mundial jugará una partida en Panamá con 25 jóvenes de distintas provincias del país. Tal vez para alguno de ellos el ucraniano represente lo que alguien más fue para él: la inspiración que, en un contexto adverso, empiece a mover las fichas de un destino de película.

