Con méritos más que suficientes para haber marcado algún gol antes del descanso y más allá ante el Crystal Palace, pero frustrado por las paradas de Walter Benítez, el Arsenal se adelantó en el minuto 84, fue empatado por Marc Guehi en el 95 y se clasificó para las semifinales de la Copa de la Liga al límite, en el decimosexto penalti, parado por Kepa Arrizabalaga a Lacroix.
Nadie falló ninguna de las quince penas máximas anteriores. Ni Odegaard, ni Mateta, ni Declan Rice, ni Devenny, ni Saka, ni Hughes, ni Trossard, ni Sosa, ni Mikel Merino, ni Lerma, ni Calafiori, ni Adam Wharton, ni Timber, ni Uche, ni Saliba. Ninguno ni siquiera dio opción a los porteros a pensar en la parada. Hasta el momento definitivo de Kepa, que reclamó el protagonismo que le correspondió a Benítez durante casi todo el encuentro.
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A la plantilla descomunal del Arsenal, que se medirá al Chelsea en la penúltima ronda, le falta gol.
Es un déficit en su cantidad de recursos indudables. No sólo tiene un once titular, sino muchísimo más. Del partido del pasado sábado contra el Everton en Liverpool, vital para conservar la cima frente a la presión del Manchester City, al choque de este martes pasaron de la titularidad a la suplencia hombres tan esenciales como Declan Rice, Martin Odegaard, Bukayo Saka, Martin Zubimendi, Viktor Gyokeres o David Raya.
Pero aparecieron sobre el césped Mikel Merino, Eberechi Eze, Noni Madueke, Gabriel Jesús o Gabriel Martinelli, además de Kepa, tan afinados como sus compañeros más titulares, dentro de la idea nítida, imponente cuando funciona con precisión, velocidad y movilidad, de la que ha dotado Arteta a todo su colectivo, juegue quien juegue, sea la competición que sea.
Una máquina competitiva y ofensiva que se repone, instante a instante, los últimos altibajos. Ya con el Everton demostró un reencuentro (mereció ganar por más que 0-1, incluso con dos remates a los postes), realzado aún más en la primera parte de este martes, con un despliegue trepidante desde el primer segundo al que se opuso Benítez durante todo el primer acto y la parte final del segundo.
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El portero argentino fue el héroe de la resistencia del Palace. Fichado el pasado verano, libre desde el PSV Eindhoven, es el suplente de Dean Henderson. Solo ha jugado en la Copa de la Liga y en las dos últimas citas de la Liga Conferencia. Apenas cinco encuentros con el desafío de este martes, en el que demostró todas sus cualidades.
En una posesión del 79,2 por ciento para el Arsenal, con hasta 12 remates, cuatro entre los tres palos, el portero se rebeló contra la lógica y hasta las estadísticas en el primer tiempo. Del 1,60 de goles esperados del equipo ‘gunner’ al descanso, él lo redujo a la nada, al 0-0, a la supervivencia titubeante del Crystal Palace, sobrepasado por el sumo potencial rival. El Arsenal terminó con un promedio de goles esperados de 3,24, pero sólo marcó uno.
A Madueke le negó tres goles en la primera parte con su ejercicio tremendo de reflejos, mientras Riccardo Calafiori, este martes central, con Lewis-Skelly como lateral, mandó a las nubes un cómodo remate y Martinelli desbordaba y desbordaba, una y otra vez, por la otra banda, imparable para sus marcadores, afilado en cada regate y trepidante en cada lance.
La segunda mitad fue distinta. Ajustado el Crystal Palace en la recuperación, en la defensa y en el contragolpe, reaparecido por el área de Kepa Arrizabalaga con un derechazo de Adam Wharton, al Arsenal le costó mucho más, sin apenas ocasiones, cambiado Martinelli, quizá por el percance físico del final del primer tiempo. Fue sustituido en el 58.
Primero entró Leandro Trossard. Luego Arteta fue más allá, ya en el 67. Odegaard y Saka, por Eze y Madueke. Una demostración más de recursos del técnico español, nervioso en la banda, con los brazos cruzados, en constante movimiento, porque el partido ya tenía demasiadas aristas fuera de su control y porque el gol aparecía lejano desde el descanso.
Aún se llevó las manos a la cabeza Arteta con la primera gran ocasión del segundo tiempo, ya por el 69, con un cabezazo de Gabriel Jesús. Justo en esa jugada se lesionó en el Crystal Palace Chris Richards, atendido durante minutos sobre el césped en su ensangrentado tobillo derecho y retirado finalmente en camilla, entre el aplauso general.
A cuarto de hora del final, el partido estaba en el filo. El Crystal Palace insistía en sus opciones, cada vez más exigido Kepa, igual que el Arsenal voló en un contraataque, de un campo a otro, formidable en la transición, hasta el remate de Gabriel Jesús y la parada magnífica, en el aire, de nuevo de Walter Benítez, que ya nada pudo hacer después.
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Mikel was impressed with the character on show tonight 📺
El consecuente córner, con la destreza con la que se maneja el Arsenal, terminó con la resistencia. De la buena ejecución desde la esquina de Saka y el doble remate de Timber sin éxito, a un rechace que fue definitivo para la suerte del partido, con el rebote en Lacroix para colarse entre tres de sus compañeros, uno de ellos Benítez. Es el fútbol.
No se rindió el Palace, que empató en el minuto 95, en el quinto de los nueve minutos dados por el árbitro de añadido, en un saque de falta lateral de Wharton, cabeceado por Jonathan Lerma y culminado por Guehi, que se coló entre la defensa, se adelantó a Kepa y provocó los penaltis.
Mucho mérito e imposible sin Benítez, que hizo otra parada más en el minuto 102 ante Rice, en el área pequeña. Fue suficiente para los penaltis, pero no para ir más allá, porque su homólogo en el otro equipo, Kepa Arrizabalaga, tomó el protagonismo definitivo con su parada al decimosexto lanzamiento.
