Tras una larga espera y después de muchas dudas y dificultades, el emperador Naruhito declaró oficialmente “abiertos” los juegos de Tokio-2020, un año después de lo previsto, en una ceremonia sin público en el Estadio Olímpico y con restricciones en el tradicional desfile de los deportistas.
La ceremonia tuvo lugar ante menos de mil personalidades y dirigentes para minimizar los riesgos de la pandemia de la Covid-19, en un estadio con capacidad para 68 mil personas.
“Declaro abiertos los Juegos de Tokio”, pronunció solemnemente el emperador Naruhito, según la fórmula consagrada para la ocasión, en lo que ya se han bautizado como ‘los Juegos de la Pandemia’.

Un pequeño grupo de ciudadanos se concentró en los alrededores del Estadio Olímpico para protestar por el mantenimiento del evento, portando el mensaje (en inglés) “Cancelen los Juegos. Salven vidas”.
En su discurso, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Thomas Bach admitió que estos Juegos serán “muy diferentes a lo que todos nosotros hubiésemos podido imaginar”, pero destacó que “hoy es un momento de esperanza”.
Los deportistas, que serán sometidos a diarios a controles anticovid, desfilaron con restricciones: mascarillas, sin poder saltar ni bailar, y abandonando el estadio sin poder quedarse hasta el final de la ceremonia.
Inicio de una nueva era
Los temores a que los más de 11 mil deportistas llegados de todo el mundo puedan convertirse en un foco de contagio a la Covid-19 han provocado que la mayoría de los japoneses se muestren contrarios a los Juegos, según las encuestas.
Y los Juegos se disputarán con Tokio en estado de emergencia, lo que supone, por ejemplo, que los bares y restaurantes tienen que cerrar antes de lo acostumbrado. Tampoco se admite la presencia de extranjeros y la mayoría de pruebas se disputarán a puerta cerrada.
No obstante, cientos de japoneses se acercaron a los alrededores del Estadio Olímpico para vivir el ambiente olímpico, aunque tuvieron que ver la ceremonia a través de la pantalla del teléfono móvil.
Otra señal de la antipatía del país anfitrión por esta edición de los Juegos: varios de los principales patrocinadores de la cita, como las multinacionales Toyota, Panasonic, Fujitsu y NEC, no enviaron representantes a la ceremonia.
Hasta el emperador Naruhito admitió las dificultades: “Gestionar los Juegos mientras se toman al mismo tiempo todas las medidas posibles contra la Covid-19 está lejos de ser una tarea fácil”, habría dicho el mandatario a Bach en una visita del patrón del olimpismo al palacio imperial el jueves, según la agencia Kyodo News.


