Con 152 partidos internacionales, Aníbal Godoy no solo es el futbolista con más apariciones en la historia de la selección nacional sino también su capitán y una de sus voces más influyentes.
A sus 35 años, el mediocampista panameño disputa su cuarta eliminatoria mundialista y, aunque deberá cumplir sanción el próximo 10 de octubre tras acumulación de amarillas, mantiene firme el compromiso con el equipo y la afición.
En una charla exclusiva con La Prensa, Godoy analiza el flojo arranque de Panamá en la eliminatoria, reflexiona sobre el liderazgo dentro del camerino, la presión de la Marea Roja, la experiencia acumulada en procesos anteriores y el reto inmediato frente a El Salvador de Hernán Darío Gómez.
¿Cómo son los días y semanas después de una fecha FIFA donde no se cumplieron las expectativas?
Bueno, es complicado y más cuando te vas con ese sabor amargo de no haber podido conseguir los objetivos en esa primera ventana. Cuesta un poco cuando vienes a tu club con esos resultados, pero al final uno no se puede estancar allí. Lo mejor es venir a tu club, coger confianza una vez más y regresar con la mejor disposición a la siguiente ventana eliminatoria.
¿Cómo analizas lo ocurrido con los ticos frente a Nicaragua y Haití?
Al final, cuando ves lo que está pasando en los otros grupos, es un fiel ejemplo de cómo se están jugando estas eliminatorias. Todos saben que es la oportunidad de oro para poder estar en un Mundial y se preparan para jugarle a quien sea y donde sea con mentalidad ganadora.
Tras el empate en el Rommel se rompió la concentración como es costumbre. Por el poco tiempo que hubo, ¿existió un mea culpa del camerino o cada uno volvió a su club y trató de pasar la página de forma personal?
Siempre se conversa de lo que podíamos hacer mejor y de lo que tenemos que mejorar. Al final, todos hacemos una autocrítica individual en nuestros clubes. Toca analizar el partido de forma personal, mirarse por dentro y saber qué hay que mejorar, con el pensamiento de que siempre habrá margen de mejora.

¿Qué tanto importa hablar de un sistema de juego cuando se remata 33 veces para un gol en dos partidos?
Siempre he dicho que más preocupante sería si el equipo no creara ocasiones de gol. Ahí sí habría un problema grande. Pero todos trabajamos para que la pelota entre. Hay días que no quiere entrar y otros en que conviertes cuatro de seis. El fútbol es así y son situaciones que están dentro de lo que puede pasar en un partido.
¿Cómo se refleja en la eliminatoria lo que dicen nuestras presencias en Copa Oro, Copa América y Final Four, así como el ascenso en el ranking FIFA?
En la contundencia. Eso es lo que nos ha faltado en estos dos primeros partidos. En los torneos fuimos contundentes.
Aparte de ti, ¿quiénes están llamados a ejercer un rol de liderazgo dentro y fuera de la cancha?
Para ser líder no hay que ser el más viejo o el que más tiempo tenga en una institución. Con eso se nace y la persona lo va tomando a medida que va aprendiendo de todo lo que está en su camino, también de personas que le pueden haber marcado mucho en todo su proceso.
En la selección hay un grupo de capitanes que se ha designado por parte del cuerpo técnico: mi persona, Eric Davis, Luis Mejía, Yoel Bárcenas, Amir Murillo y Adalberto Carrasquilla.
Pero eso no quiere decir que, aparte de este grupo de jugadores, no haya otros que formen parte del proceso y que puedan ser líderes sin tener una cinta de capitán. Hay líderes en todos los roles: hay líderes que te marcan más dentro de la cancha y hay otros que te marcan más fuera de ella. Todos son importantes, más allá de cualquier liderazgo que exista.

Por las formas y desarrollo de los juegos de septiembre, ¿firmabas una derrota en Surinam por una victoria en el Rommel contra Guatemala?
No. Nosotros queríamos los seis puntos. Sabíamos que teníamos con qué ganarlos. Pero los rivales también se preparan, te estudian y vienen a complicarte.
¿En qué cambia que el partido frente a El Salvador sea en el Cuscatlán y no en el Mágico González?
No cambia mucho. Si quieres enfrentar a las mejores selecciones en un Mundial, tienes que pasar por esta clase de escenarios. La mayoría del grupo ya sabe lo que es jugar allí por eliminatoria, así que la mente está preparada para afrontarlo.

¿Cuál es el antídoto de Panamá al discurso que Bolillo va a inyectarle a los salvadoreños?
Primero, no caer en su juego. Eso será importante, como le pasó a Guatemala que cayó en casa contra El Salvador. Nosotros debemos hacer nuestro juego, con actitud y compromiso por el país, que nunca pueden faltar.
¿Qué vivencia de los caminos a Brasil, Rusia y Catar toma importancia en este instante?
Un país unido en todo momento es lo que sacará esta clasificación adelante, no solo nosotros. Cuando el país está unido, a la selección le sale todo, y allí está el fiel ejemplo de la clasificación al Mundial de Rusia: un país con una vibra tan positiva en ese momento nunca lo había sentido y, al final, después vimos el resultado.
Con 23 años fuiste titular ante 100 mil personas en el Azteca. Hoy Edward Cedeño está en una posición similar. ¿Cómo se consolida un futbolista ante ese nivel de presión?
Edward viene jugando bajo presión por mucho tiempo en sus clubes y ahora que está en Las Palmas creo que allí hay mucha presión por el ascenso y su fanaticada que llena el estadio. Eso se toma con partidos, y él está jugando constantemente. Al final, no solo él: pienso que todos los que están en la selección están capacitados para jugar en cualquier cancha y en cualquier ambiente dentro de esta eliminatoria.
La Marea Roja llena el estadio incluso antes de la convocatoria, pero en redes no tiene filtro. ¿Cómo se lidia con los cuatro millones de entrenadores?
La Marea Roja siempre va a apoyar, aunque por allí algunos fanáticos sepan más de fútbol que otros. Ese sentimiento que tienen por la selección no tiene límites, y con el fanático no se tiene que lidiar: ellos son libres de tener una expresión y de compartir sus opiniones, y toda la vida va a ser respetable.
Pero a veces está la tendencia de malinformar al fanático, porque el fanático se entera de lo que ve en las redes y luego opina sobre esa información. Entonces, ¿qué es lo que hacemos? Malinformar al fanático.

¿Cuando Thomas te visitó en San Diego, analizaron un escenario como el actual?
En verdad no. Nunca pensamos que íbamos a terminar la primera ventana con solo dos puntos.
En Surinam hablaste de “saber sufrir porque la eliminatoria no es linda” y del “regalo de Navidad” que sería clasificar a nuestro segunda Copa del Mundo. ¿Cuál es tu mensaje final para la afición?
En la primera ventana sufrimos más de lo que esperábamos. Pero esto sí le digo a todo el pueblo panameño: somos un país que madruga para ir a sus trabajos, que sacrifica muchas cosas para siempre darle lo mejor a sus familias, un país de gente guerrera.
Y nunca duden de la capacidad de este grupo de personas, primero, y jugadores después, que pelean cada batalla por ustedes, porque es por ustedes que competimos y por el orgullo de ser panameños. Nunca lo duden.


