Conocida en décadas pasadas como “cuna de campeones mundiales”, Panamá espera reverdecer laureles en la disciplina del boxeo y es posible que ayer se haya dado el primer paso en esa dirección, con el acto de inicio de obras del futuro Centro de Entrenamiento de Boxeo en la cinta costera.
El evento estuvo engalanado por la presencia de casi todos los ex campeones mundiales a nivel profesional que ha dado esa disciplina. De la vieja guardia estaban Alfonso Piedrita López, Hilario Zapata, Ernesto Maravilla Pinder, Rafael El Brujo Ortega, Alfonso Pepermint Frazer, Rafael Pedroza, Luis Naja Ibarra y Jorge El Mocho Luján.
También asistieron exmonarcas de tiempos recientes como Víctor Córdoba, Carlos Púas Murillo, Mauricio Ñáñara Martínez, Roberto La Araña Vásquez, Vicente Mosquera, Celestino Caballero, Rafael Concepción, Guillermo Felino Jones, Luis el Nica Concepción y Jezzrel Corrales.
Ana Pascal y Chanttal Martínez, las únicas dos monarcas universales que ha tenido el boxeo femenino en el plano rentado, así como la ex campeona mundial de boxeo aficionado Atheyna Bylon también asistieron al evento, que fue encabezado por el presidente de la República, Laurentino Cortizo, y otras autoridades.
Recuerdos y optimismo
Para varios de los excampeones, el acto trajo muchos recuerdos, pues la que será la nueva casa del boxeo panameño estará muy cerca de donde en su momento estuvo el gimnasio Pascual Sierra González o El Marañón (donde hoy en día está ubicado el Mercado de Marisco), en el cual se forjaron varios de ellos.
“Me llena de mucho orgullo y me siento contento porque desde hace muchos años queríamos un gimnasio que estuviese cerca, como lo estaba el gimnasio de El Marañón. Espero que Dios me dé vida para que cuando esté listo podamos ayudar a formar más campeones mundiales”, dijo a La Prensa Rafael Pedroza, quien fuera campeón mundial supermosca (115 libras) y que ahora entrena a los jóvenes valores en el gimnasio Pedro Alcázar de Curundú.
“Sabemos que ahora los padres van a estar más tranquilos de mandar a sus hijos a un lugar más seguro que Curundú”, agregó Pedroza.
Datos del proyecto
El proyecto, cuyo costo es de poco más de $7 millones, incluye el diseño, remodelación y equipamiento de un gimnasio especializado, con espacios requeridos para personas con capacidades reducidas, mujeres embarazadas y motociclistas.
Además, tendrá equipamiento de área cerrada de ejercicios cardiovasculares, pesas, aeróbicos y spinning, terrazas abiertas para yoga y aeróbicos, luminarias tipo LED, cuadriláteros, baños públicos, vestidores, cocina y salón de reuniones, entre otras cosas más.
La infraestructura estará ubicada al final de la cinta costera I, en donde se pensó hacer un restaurante.

