Con un repaso detallado de sus logros y desafíos, el Canal de Panamá presentó el libro Canal de Panamá: 25 años en manos panameñas, una obra que analiza la gestión de la vía interoceánica desde la transferencia oficial de Estados Unidos a Panamá en diciembre de 1999 hasta la actualidad.
La presentación tuvo lugar ayer 14 de agosto, un día antes de la conmemoración de los 111 años de funcionamiento y servicio del Canal al comercio mundial.
El evento reunió a los tres últimos administradores: Alberto Alemán Zubieta, Jorge Luis Quijano y el actual, Ricaurte Vásquez Morales, quienes compartieron sus experiencias, retos enfrentados y lecciones aprendidas durante sus respectivas gestiones.
También asistieron autoridades nacionales, líderes de opinión, representantes internacionales y algunos expresidentes de la República como Ernesto Pérez Balladares y Martín Torrijos.
La subadministradora y oficial de Sostenibilidad, Ilya Espino de Marotta, abrió la jornada destacando la importancia del agua como recurso estratégico para la operación del Canal.

“El agua del futuro es resiliente, es compartida, es estratégica. Es el alma del Canal, y protegerla no es una opción: es nuestra responsabilidad”, enfatizó.
Al referirse a la publicación, dijo que “esta memoria no solo recoge los hitos de nuestra gestión, de retos superados y de haber logrado metas desafiantes, sino que también proyecta el alma del Canal, su gente, su entorno, su propósito”.
Añadió que “hemos trazado una ruta clara hacia el futuro para alcanzar cero emisiones para el 2050, implementar corredores verdes y la iniciativa de incentivar la reducción del tránsito marítimo”.
Durante el evento, el abogado y analista Rodrigo Noriega y Luis Navas Pájaro, miembro de la junta directiva del Canal, ofrecieron una valoración crítica de la obra, resaltando los principales hitos y aprendizajes de estos 25 años.
Posteriormente, en un panel moderado por la periodista Caroline Schmitt, Alemán, Quijano y Vásquez abordaron la gestión panameña de la vía y los retos del futuro.

Navas Pájaro destacó la importancia del agua y el papel del Canal que “es el eje de la economía panameña”. “En el libro se expresa todo el esfuerzo científico por garantizar la calidad del agua para que no nos pase lo que está ocurriendo en Azuero”.
Agregó que el Canal aporta experiencia en el tema del agua, pero las instancias gubernamentales tienen que asumir su responsabilidad porque de otra manera no vamos a tener el agua para el tránsito de buques.
Por su parte, Noriega destacó el Canal como empresa estatal que gestiona tres recursos estratégicos: la posición geográfica, el agua y el recurso humano, este último el más valioso.

Noriega resaltó la gobernanza de la junta directiva del Canal, que actualmente está conformada por 11 valiosos panameños, “y que no cabe duda que lo están haciendo muy bien”.
Pero dijo, “hay que cambiar el paradigma para incorporar un representante de los trabajadores del Canal, un y gente de ciencias: estamos en deuda con Stanley Heckadon Moreno, que desde hace tiempo debió ser parte de la junta directiva del Canal”.
Uno de los momentos más emotivos fue la entrega simbólica de la medalla Vasco Núñez de Balboa en el grado de Cruz de Comendador a la fuerza laboral canalera. Miguel Guerra, primer panameño contratado tras la transferencia, cedió la medalla a Rubén Pérez, vicepresidente de Capital Humano, en representación de todo el equipo.

Como gesto de reconocimiento histórico, la memoria fue entregada a los expresidentes Ernesto Pérez Balladares y Martín Torrijos, en homenaje a su contribución al modelo de gestión panameño. El administrador Ricaurte Vásquez Morales cerró el acto con un mensaje a la juventud, invitando a mantener viva la historia y la identidad canalera.

Treinta jóvenes líderes recibieron ejemplares de la obra como símbolo de continuidad, y 35 bibliotecas públicas del país también fueron beneficiadas, además de habilitarse un código QR para descarga digital.
El lanzamiento del libro consolidó un acto de memoria colectiva y reafirmación nacional, destacando al Canal como una obra viva, guiada por manos panameñas y proyectada hacia un futuro sostenible y estratégico.


