Los agricultores de Estados Unidos, una base electoral clave para el republicano Donald Trump, enfrentan un escenario complejo debido a las políticas comerciales de su administración.
Las tarifas impuestas a las importaciones desde Canadá y las represalias arancelarias de China amenazan con aumentar los costos de producción y reducir el acceso a mercados internacionales.
El impacto en los fertilizantes
Estados Unidos importa grandes cantidades de fertilizantes esenciales desde Canadá, especialmente fósforo y potasio, insumos clave para la producción agrícola. Sin embargo, las nuevas tarifas impuestas a estos productos encarecerán su adquisición, lo que incrementará los costos operativos de los agricultores y reducirá sus márgenes de ganancia.
“Los fertilizantes ya han estado subiendo de precio en los últimos años, y estas tarifas solo van a empeorar la situación”, comentó un agricultor del estado de Iowa, en una entrevista con CNN. “Si no podemos acceder a insumos asequibles, nuestros cultivos se verán afectados, y eso repercutirá en los precios de los alimentos”, añadió.
China responde con represalias
El otro golpe para los agricultores proviene de China, uno de los mayores compradores de productos agrícolas estadounidenses. En respuesta a las tarifas impuestas por Trump a las exportaciones chinas, Pekín ha anunciado nuevas medidas de represalia que afectarán a productos clave como la soya, el maíz y la carne de cerdo, sectores en los que Estados Unidos es un exportador líder.
En 2018, durante la primera gran ola de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las exportaciones agrícolas estadounidenses se desplomaron, lo que obligó al gobierno de Trump a otorgar miles de millones de dólares en subsidios para compensar las pérdidas del sector. Con todo y eso, muchos agricultores sufrieron grandes dificultades económicas.
“Dependemos en gran medida del mercado chino”, explicó un representante de la American Farm Bureau Federation. “Si nos cierran esas puertas, va a ser muy difícil encontrar otros compradores con la misma capacidad de absorción”.
¿Una base electoral en riesgo?
Pese a las dificultades económicas derivadas de sus políticas comerciales, Trump ha mantenido un fuerte respaldo entre los agricultores estadounidenses, quienes lo apoyaron mayoritariamente en las elecciones de 2016, 2020 y 2024. Su discurso de protección a la industria nacional y la promesa de mejorar los acuerdos comerciales con China y otros países lograron consolidar su base en los estados agrícolas.
Sin embargo, con los costos de producción en aumento y la incertidumbre en los mercados internacionales, algunos agricultores comienzan a cuestionar si las políticas comerciales de Trump realmente los han beneficiado.
Mientras tanto, los agricultores siguen enfrentando un panorama incierto, atrapados entre las disputas comerciales de dos potencias globales y en busca de soluciones que les permitan mantener la rentabilidad de sus cultivos en medio de la volatilidad del comercio internacional.


