La Asociación de Restaurantes y Afines de Panamá (ARAP) y la Asociación de Restaurantes, Bares y Discotecas de Panamá (ARBYD), presentaron al Ministerio de Comercio e Industrias (MICI), varias propuestas que -desde sus perspectivas- ayudarían a reactivar los comercios afectados por la crisis generada por el coronavirus.
Los gremios, que desde hace varios días se reúnen de manera virtual con las autoridades, plantean eliminar el 7% del (ITBMS) en los restaurantes que venden comida y licor. Con esta medida estiman que la comida salga más económica, lo que alentaría el consumo.
Los representantes gremiales también buscan que los beneficios del Gobierno alcancen a todos los empleados afectados por el cese de operaciones en medio de la crisis del coronavirus.
“Se ha hablado de la necesidad de que los beneficios del Plan Panamá Solidario llegue a todos los trabajadores de las empresas que han tenido que cerrar, porque no está llegando”, asegura Domingo de Obaldía presidente de la ARAP.
El pasado lunes, el Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) anunció la instalación de una comisión, integrada por Juan Carlos Sosa, viceministro de Comercio Exterior, representantes de la ARAP y la ARBYD, para evaluar las medidas e iniciativas económicas frente a los efectos del coronavirus en el sector.
En este acercamiento se planteó la posibilidad de otorgar ayuda financiera por parte del Gobierno, así como la presentación de propuestas para el fortalecimiento de las leyes que rigen estas actividades comerciales.
Los gremios incluyen en su lista de propuesta que las empresas que actualmente puedan pagar cualquiera deuda con el Gobierno (pago de impuesto y seguro socia), se le ofrezca un descuento como incentivo.
"Aún las autoridades no han tomado decisiones ante las innumerables acciones que hemos presentado.
Mañana viernes habrá otro encuentro para evaluar los diferentes puntos expuestos. Todas estas propuestas pasarán a otra mesas de trabajo que tiene el Gobierno y se estudiarán a profundidad", dijo el presidente de la Arap.
Mediante el Decreto Ejecutivo No. 500 de 19 de marzo de 2020, se ordenó el cierre temporal de establecimientos comerciales y empresas en todo el país, incluyendo los restaurantes que solo quedan abiertos para entrega a domicilio y órdenes para llevar. En el caso de los bares, cantinas y discotecas, el cierre se llevó a cabo cinco días antes.
El presidente de la Arap, dice que reactivar los negocios después de estar paralizado por un mes y bajo esta circunstancia anómala, no será fácil.
“Los volúmenes de venta no van a ser iguales a lo que teníamos porque no habrá plata en la calle, la gente gastará solo lo esencial, lo que implica que muchos negocios van a tener que reducir las jornadas de trabajo para poder subsistir y mantener a sus trabajadores”.
"Será necesario el apoyo del Gobierno porque es mentira de que cualquier empresa va a poder trabajar sus ocho horas normales. Todo va a cambiar y vamos a tener que hacer turnos de trabajo de cuatro horas o seis horas", señaló.
La Arap está integrada por 450 socios.
"Prácticamente el 100% de estos socios han congelado los contratos de sus trabajadores", dijo Domingo de Obaldía. Se trata de unos 15 mil trabajadores.
"En la capital hay aproximadamente 2,700 restaurantes con una fuerza laboral de aproximadamente 40 mil personas. De esos 40 mil trabajadores hay 15 mil en suspensión de trabajo", señaló.
La rentabilidad del ‘delivery’
El presidente de la Arap asegura que actualmente entre el 85% y 90% de los restaurantes socios de la ARAP están cerrados. “A medida que pasen los días vamos a ver negocios abriendo, pero solo por delivery”, dijo.
¿Pero qué tan rentable es el servicio de delivery para los restaurantes?
"Las quejas que he estado oyendo es que muchas plataformas está cobrando mucha plata. En este momento todo los dueños de restaurantes que están abriendo está haciendo pruebas para ver cómo les va.
En el momento en que realmente no sea rentable y básicamente estés pagando la comida que compraste en la comisión por el servicio de delivery, entonces valdrá la pena cerrar y ver cómo el mercado va cambiando. Ahorita todo es ensayo y error", dijo de Obaldía.
Agrega que mantener un negocio abierto también genera muchos gastos adicionales de salubridad que se tienen que aplicar al 100%.
“Antes no usábamos tapabocas. El personal que llegaba se cambiaba y podía entrar con los mismo zapatos, hoy día tiene que traer unos zapatos para poder solamente trabajar.
Ahora también tiene que usar guantes para estar en todas las áreas, pero además estos guantes tienen que cambiarse cada cierto tiempo”. Lo cierto es que los negocios están cambiando y la manera de llevarlos también.


