“Pocas cosas asustan más a la inversión extranjera directa que un Estado intervencionista”. La reflexión es del economista Carlos Araúz, que participó ayer jueves junto al presidente de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), Temístocles Rosas, en un foro organizado por el Club Rotario de Panamá.
El economista y el líder gremial analizaron la situación que derivó en las protestas y cierres de vías del mes de julio, las conversaciones que se están dando en la mesa única del diálogo y los efectos económicos de las medidas que está adoptando el Gobierno a raíz de los acuerdos alcanzados en la mesa de Penonomé, Coclé.
Rosas habló de una falta de liderazgo y de autoridad por parte del Gobierno que fue aprovechado por quienes lideraron las protestas. A su juicio, estos grupos, más que el bienestar social, promueven un proceso con tintes políticos que busca cambiar el modelo económico de Panamá, avivando la lucha de clases.
Como han hecho otros representantes del sector privado, Rosas insistió en la necesidad de que el sector productivo esté sentado en la mesa de diálogo y recordó que solamente han sido emplazados a participar en una segunda fase de la que poco se conoce, mientras en la mesa se siguen tomando decisiones que afectan al sector productivo.
“Esta incertidumbre realmente no beneficia al país en ningún sentido, porque no sabemos qué decisión sale mañana: qué decreto, qué propuesta, qué iniciativa...”, sostuvo Rosas.
Las medidas adoptadas por el Gobierno para calmar la tensión social se han basado en controles de precios y de márgenes de comercialización, subsidios y una mayor intervención en la cadena de comercialización.
Para Araúz, además del impacto en la atracción de inversión extranjera directa, medidas de este tipo provocan desabastecimiento de productos y tendrán un impacto fiscal.
“Estos subsidios van a costar millones de dólares”, dijo, después de recordar que el sector público no financiero ya acumula una deuda que se aproxima a los $43,000 millones.
Por eso destacó la importancia de que los subsidios sean temporales, aunque Rosas vaticinó que las ayudas se van a prolongar en el tiempo, como ha sucedido con otros programas implementados en el pasado, ante la falta de capacidad política para retirarlas.

