El Fondo de Ahorro de Panamá (FAP) diversificó su plan de inversiones para 2025-2026, modificando la asignación de fondos y agregando nuevas categorías que no estaban el año pasado, como deuda emitida por el Estado panameño.
Aunque este cambio podría interpretarse como una estrategia más agresiva, Abdiel Santiago, secretario ejecutivo del Fondo, explicó a La Prensa que el objetivo es lograr una mayor diversidad en un entorno internacional que se prevé continuará desafiante, tras un primer trimestre que calificó como de “volatilidad excepcionalmente alta”.
Moviendo las fichas
En el plan de inversiones del FAP 2025-2026 se observa un ajuste en la estrategia, con una reducción en los activos de corta duración (de 15% a 10%) y en la renta fija global (de 41% a 34%), lo que sugiere una menor preferencia por instrumentos conservadores.
A cambio, se incrementa la exposición a bonos de alto rendimiento (de 7% a 10%) y a renta variable global (de 20% a 25%), reflejando una mayor apuesta por activos con potencial de rentabilidad.

Además, se incorpora una nueva categoría con 4% asignado a bonos de la República de Panamá. Las asignaciones a bonos indexados a inflación (2%) e inversiones alternativas (15%) se mantienen sin cambios.
Santiago explicó que, a pesar de la modificación en los porcentajes asignados a cada portafolio, el nuevo plan de inversiones mantiene intacto el mandato principal del Fondo, que es preservar su capital fundacional, el cual inició con $1,234 millones y que a la fecha se acerca a los $1,700 millones en activos totales.
El FAP fue creado en 2012 en reemplazo del Fondo Fiduciario para el Desarrollo, establecido en 1995. Una parte significativa del capital del fondo original provino de la privatización de empresas estatales en sectores como energía, puertos y telecomunicaciones, llevada a cabo en la década de 1990.
“El cambio en la asignación responde a una estrategia de diversificación, no a una mayor agresividad. Los bonos de alto rendimiento y los activos privados ofrecen mejores retornos esperados dentro de un marco de control adecuado del riesgo”, señaló.
Comentó que, en un mundo más caro e inflacionario, activos como el efectivo o la renta fija de corto plazo pierden efectividad. “Por eso, estamos reasignando hacia activos con mayor potencial de retorno y menor sensibilidad a las tasas de interés. Esto se hace con responsabilidad y siempre dentro de una estrategia de largo plazo”, acotó.
Durante los primeros meses de 2025, los activos líquidos como el efectivo y la renta fija de corto plazo perdieron atractivo porque la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos decidió mantener su tasa de interés sin cambios.
En su reunión del 7 de mayo de 2025, mantuvo esa política, dejando la tasa entre 4.25% y 4.5%. Según analistas, esto significa que los instrumentos muy seguros y de corto plazo, como cuentas de ahorro o bonos con vencimientos rápidos, seguirán ofreciendo bajos rendimientos en los próximos meses.
Santiago explicó que el entorno se mantiene desafiante, y una muestra de ello es que los bonos del Tesoro de EU a 10 años se cotizan cerca del 4.5%, uno de los niveles más altos en 17 años. Este aumento en los rendimientos refleja las preocupaciones del mercado de renta fija sobre la sostenibilidad fiscal del país norteamericano.
En términos sencillos, cuando sube el rendimiento de los bonos, significa que los inversionistas exigen mayores ganancias para prestar dinero, lo cual suele ocurrir cuando perciben más riesgo o incertidumbre. Al mismo tiempo, esto provoca que el precio de los bonos antiguos baje, ya que pagan intereses más bajos que los nuevos.
El 16 de mayo de 2025, Moody’s rebajó la calificación crediticia de EU de ‘Aaa’ a ‘Aa1’, citando preocupaciones sobre el creciente déficit presupuestario y el aumento de los costos de interés.
El secretario ejecutivo del FAP comentó que este aumento en las tasas impacta el costo del dinero y limita el desempeño de otros activos, por lo cual el FAP sigue de cerca el comportamiento del mercado, pero con una visión de largo plazo.
En su informe donde se detalla el plan de inversiones, la junta directiva del FAP señala que podrá considerar una colocación táctica o posicionamiento de corto a mediano plazo del portafolio, en respuesta a movimientos de diversos mercados financieros, aplicando en todo momento un razonamiento económico y financiero, conforme a los principios que rigen las Directrices de Inversión para la protección de los activos del Fondo.
¿Cómo fue el primer trimestre?
Entre enero y marzo, el índice VIX, que mide la volatilidad esperada en los mercados bursátiles, alcanzó su segundo nivel más alto en la última década—solo superado por marzo de 2020, al inicio de la pandemia.

Además, el S&P 500 mostró una dispersión diaria superior al 10%, algo sin precedentes, comentó Santiago, quien explicó que esto refleja el impacto de tensiones geopolíticas y anuncios sorpresivos sobre aranceles, especialmente por parte de Estados Unidos.
A pesar de la volatilidad del primer trimestre, impulsada en gran medida por la política internacional del presidente Donald Trump, el FAP reportó una ganancia bruta preliminar de 14.5 millones de dólares, lo que representó un rendimiento de 0.80%.
Los resultados preliminares indican que, en los últimos 12 meses, el rendimiento anualizado fue de 5.58%, y en los últimos 24 meses, de 7.03%.
Desde su creación, el Fondo ha logrado un rendimiento promedio anual de 3.46%, superando en 43 puntos básicos a su índice de referencia compuesto.
Al final del primer trimestre, las inversiones del FAP se concentraron en un 49% en renta fija, 26% en instrumentos líquidos de corta duración, 16% en acciones y 9% en inversiones alternativas.
El secretario ejecutivo del FAP reconoció que el principal reto durante el primer trimestre fue mantener el rumbo estratégico en un entorno de gran incertidumbre. Comentó que el FAP está diseñado con un horizonte de inversión de 10 años, por lo cual no reaccionó de forma apresurada ante la volatilidad de corto plazo.
“Nuestro portafolio global y diversificado—que incluye activos públicos y privados—tuvo un desempeño sólido, con una rentabilidad bruta del 0.80% en el trimestre”, destacó.
Santiago señaló que, en la coyuntura actual donde bloques ilegales afectan el derecho de la población a movilizarse por el país, la política de diversificación geográfica del Fondo toma mayor relevancia.
Para finales de marzo, el 90% de las inversiones del Fondo estaban enfocadas en Norteamérica, 3% en Europa, 3% en Asia y Latinoamérica, y 1% en Oceanía y África.


