Los comercios que venden mascarillas desechables, productos antibacteriales y antimicrobiales, geles alcoholados, alcohol para uso externo, jabones antibacteriales liquidos o en barra, desinfectantes de uso domésticos y vitamina C entre otros artículos de aseo personal, limpieza y consumo, deben cumplir con la medida de margen de ganancia de máximo un 23% -por unidad- en toda la cadena de comercialización.
La medida se genera por la distorsión que había en el mercado en torno los productos de higiene y aseo personal empleados como medida de prevención ante el coronavirus.
La disposición tendrá una vigencia de tres meses, según el Decreto Ejecutivo N° 114 de 13 de marzo de 2020.
La Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) señala que a partir de este lunes 16 de marzo realizará un recorrido por diferentes comercios a escala nacional, a fin de velar con el cumplimiento del margen de comercialización.
Las multas para aquellos comercios que no cumplan con la normativa podrían ascender hasta los $10,000 dependiendo del tamaño de la empresa, asegura el regulador.
Giovani Fletcher, presidente del Instituto Panameño de Derecho de Consumidores y Usuarios (Ipadecu), sostiene que la medida de control de precios debe siempre justificarse con disposiciones alternas que persigan a los que distorsionan el mercado.
“Si se aprecia que de pronto hay comercios que milagrosamente sacan productos que se habían agotado a la venta, cabe efectivamente aplicar el control de precios a estos productos, pero no debe quedarse solo ahí. Hay que aplicar sanciones distributivas por parte de otras entidades del Estado como Aduanas y Ministerio de Comercio e Industrias, suspendiendo la licencia comercial, es decir, no solo aplicar la medida de control de precios -que es el error que ha cometido este Gobierno y el anterior- hay que perseguir a los distorsionadores del mercado”, dijo Fletcher.
Señaló que el tema de acaparamiento generado en los últimos días con productos de aseo y limpieza no es más que la falta de educación al consumidor. “Lamentablemente en momentos de crisis y desabastecimiento el consumidor no tiene la racionalidad para ajustarse y competir con acciones racionales ante la inflación de los precios”, apuntó.
Recordó que ayer domingo fue el día mundial de los derechos de los consumidores, que este año se celebró bajo el lema “por un consumidor sostenible”.
Explica que un consumidor sostenible es aquel que no desperdicia, consume lo necesario, lo adecuado, utiliza productos biodegradables, no contamina, cuida el ambiente y no es excesivo. “Hay que darle la vuelta a las malas prácticas y convertirnos en consumidores sostenibles”.


