El impulso de la industria marítima y logística panameña, cuyo aporte supera el 30% del producto interno bruto del país incluyendo las actividades del Canal de Panamá, y genera alrededor de 200 mil empleos directos e indirectos, se vería afectado por la pérdida de competitividad.
Así lo advirtió el presidente de la Cámara Marítima de Panamá, Enrique Clément, en la víspera de la Conferencia Anual Marítima desde mañana martes 7 de marzo.
El exceso de trámites burocráticos, sobrecostos migratorios para tripulantes de embarcaciones, huelgas y cierres de vías, entre otros factores están atentando contra actividades estratégicas dentro de la cadena logística y marítima, específicamente a la industria marítima auxiliar y el transbordo de carga.
A las empresas marítimas auxiliares el día a día se les convierte en un reto a ciegas, al desconocer con qué restricción o nueva regulación se van a enfrentar para operar en el país.
“Panamá fue atractivo para realizar cambios de tripulantes, un negocio que no solo deja beneficios a las agencias marítimas, sino que permea económicamente en hoteles, restaurantes, taxis, tiendas entre otras actividades. Este negocio lo hemos ido perdiendo poco a poco, producto de burocracia y sobrecostos relacionados a temas migratorios que no han podido ser atendidos con la prioridad y la importancia que se requiere de las autoridades gubernamentales correspondientes, siendo especifico el Servicio Nacional de Migración”, alertó Clément.
Agregó, además, que el ritmo de actividad portuaria y el movimiento de contenedores que en 2022 registró una leve caída, al pasar de 8.6 millones de TEU (unidad equivalente a un contenedor de 20 pies de largo) en 2021 a 8.5 millones de TEU, seguirá lento.
“En 2023 tenemos que seguir siendo muy conservadores con las proyecciones y prestar atención al entorno económico mundial”. sentenció.
Clément indicó que Panamá siempre será una opción como ruta para el trasbordo de carga marítima para la región de Centroamérica por vía terrestre, pero preocupa que lo poco que se pueda movilizar se pueda desvanecer por temas internos como huelgas, cierres de calles y los sobrecostos que genera la burocracia.
“El Caribe cuenta con varios hubs de trasbordo que sirven como opción cada vez que sucedan estas situaciones en Panamá”, señaló, haciendo alusión a que el país no está solo en la región.
Clément dijo que es vital recordar que son los barcos con carga, los que han permitido que Panamá pueda contar con una gama completa de servicios para estas naves que transitan el Canal o usan los puertos.
“En el paquete estamos todos, sector privado, el Canal y el Gobierno. Donde uno de estos tres elementos no camine de la mano, perdemos como país”.
Por otro lado, la oportunidad de atraer negocios bajo la modalidad de nearshoring, para tener operaciones de negocio y actividades de suministro de bienes cerca de los principales mercados de consumo como Estados Unidos, está siendo aprovechada y capitalizada por otros mercados como Costa Rica.
“Países vecinos como Costa Rica han sabido sacar ventaja en este tema, los costos operativos que tienen son más bajos que los que se pagarían en Panamá”.
Otro reto en la lista de la industria es acelerar el servicio de cabotaje marítimo interno con mayores inversiones y facilidades por parte de la banca local para tener mejores naves para ese servicio.
“Nuestras exportaciones requieren de forma urgente que el país cuente con cabotaje marítimo. Debemos ser capaces de conectar a través de cabotaje marítimo nuestro eje logístico vertical con los de producción horizontal. El occidente necesita de una salida al mar”.


