La región de América Latina y el Caribe enfrenta grandes desafíos en materia laboral. Se ha recuperado el empleo comparado con las dramáticas cifras de la pandemia. Pero el trabajo informal y la pérdida de poder adquisitivo castiga a los trabajadores.
Si se comparan los promedios de los tres primeros trimestres de 2022 con los de 2023, se observa una reducción de la tasa de desocupación de 7.4% a 6.5%, acompañada de un incremento de la tasa de ocupación de 57.9% a 58.2%.
Así se detalla en el informe “Panorama laboral en América Latina y Caribe 2023″, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), documento en el que también se precisa que a mediados de 2023 la tasa de informalidad regional fue de 48%, algo inferior al registro de 2019, cuando se situaba en 49%.
Pero advierte que en la medida en que no se genere una cantidad suficiente de ocupaciones formales en relación al retorno a la fuerza de trabajo de aquellos que aún permanecen fuera de ella, el riesgo de aumentos en la tasa de informalidad laboral continúa.
“Ello se vuelve más crítico en el contexto actual de fuerte incertidumbre y de ralentización del crecimiento económico. De allí, la importancia de implementar o escalar políticas no sólo para sostener el empleo formal, sino para apuntalar la creación de nuevas ocupaciones de este tipo en la región”, indicó el organismo.
Para los jóvenes, la tasa de informalidad es de 58%, significativamente superior al 45% registrado entre los adultos.
A pesar, de que la tasa de desocupación promedio de los jóvenes continuó descendiendo, sigue siendo muy elevada, 14.4%. Incluso, algunos países de la región exhiben tasas significativamente más altas que esta, llegando a valores cercanos al 30%, advirtió la OIT. Panamá es de los países que está por encima del promedio, con un 17.9%.

De acuerdo con los expertos en el análisis del mercado laboral, la inestabilidad de los jóvenes se asocia a su mayor prevalencia en actividades informales, precarias, de baja calificación.
Además, “para los jóvenes con baja experiencia laboral y menor desarrollo de habilidades para el trabajo, la elevada rotación ocupacional atenta contra la posibilidad de acumular calificaciones específicas dificultando, así, su trayectoria laboral futura”.
Salarios
En lo que respecta a la evolución de los ingresos reales, el organismo precisó que ha ido crecientemente “complejizándose” debido a la aceleración inflacionaria y a su impacto negativo sobre el poder adquisitivo de los salarios.
La OIT precisó que en la mayoría de estos países, los salarios horarios reales promedio son inferiores a los registrados antes del comienzo de la pandemia, cuatro años atrás. “En algunos de ellos la caída en el poder adquisitivo asciende al 10%”.



