Parece mentira que hayan pasado casi 30 años desde que Peter Drucker, considerado el gurú de la gerencia del siglo XX, escribió su libro “La Sociedad Post Capitalista”.
Lo que también parece mentira es que los países latinoamericanos no hayamos aprendido en estos últimos 30 años el significado de esta propuesta que define el mundo actual.
Cuando Peter Drucker acuñó el concepto de la sociedad post capitalista, no sólo había realizado una argumentación teórica sobre los activos en los cuales tenían que trabajar los países y las empresas para ser competitivas y exitosas, sino que había establecido una clara visión del futuro de las organizaciones y la sociedad.
El verdadero recurso dominante y factor de producción absolutamente decisivo no es ya el capital, ni la tierra, ni el trabajo. Es el conocimiento. Agrega el autor que las actividades centrales de creación de riqueza no serán ni la asignación de capital a usos productivos ni el trabajo. El valor se crea hoy por la productividad y la innovación.
Drucker pone como ejemplo a Corea del Sur. Al terminar la guerra en los primeros años 50, Corea del Sur quedó destruida y era un país atrasado. Pero los coreanos, valiéndose de los colegios y las universidades de los Estados Unidos para preparar a sus jóvenes capaces, e importando y aplicando administración, se convirtió en un país altamente desarrollado en el término de 25 años.
Estos activos, llamados intangibles, son factores que promueven el desarrollo económico y social y además, crean las condiciones para que las personas y las sociedades puedan asumir los retos de la competitividad global.
Este post capitalismo cambia fundamentalmente la estructura de la sociedad, crea una nueva dinámica social, una nueva dinámica económica. Crea una nueva política.
Mientras esto ocurre en el mundo avanzado, en Panamá mantenemos levantada una pared para evitar multiplicar el desarrollo del conocimiento, con un nutrido listado de profesiones protegidas y exageradas limitaciones para la transferencia de conocimientos y de tecnología. Serias barreras para el emprendimiento.
Las reflexiones de Drucker resuenan en nuestras frágiles economías y no es casual que Harvard Business Review lo haya reconocido como el más destacado pensador sobre administración de nuestro tiempo.
En este contexto, todas las personas tienen que tener acceso a oportunidades para desarrollar conocimiento. El autor fue el primero en utilizar la expresión “aprender a aprender” que se refiere a dejar los viejos paradigmas atrás y decía que en la sociedad post capitalista la gente tiene que “aprender a aprender”.
Para él, las materias pueden ser menos importantes que la capacidad de los estudiantes para continuar aprendiendo de forma continua y su motivación para hacerlo. Se trata de un aprendizaje constante a lo largo de la vida.
Tras la pandemia, nos encontramos con un entorno laboral distinto, mucho ha cambiado y reaprender será una de las claves para el progreso de las personas y las organizaciones. El conocimiento será el activo más importante, lo es desde hace muchos años, pero no lo terminamos de valorar.


