“El futuro no es lo que solía ser” es una frase lapidaria que entra en los llamados Yogismos. La misma se le atribuye a Yogi Berra una de las estrellas indiscutibles de los Yankees de Nueva York, equipo con el cual jugó desde 1946 hasta 1963.
El futuro ya no es tan predecible para las organizaciones, las variables del entorno cambian todos los días y es cierto, el futuro ya no es igual.
Un artículo escrito por Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial en la víspera del mismo, describe un futuro complejo. Según Schwab, el periodo que estamos viviendo no es la continuación del precedente, sino una fase completamente distinta, ya que hay una variable que lo cambia todo, la velocidad. Los avances ya no son lineales, sino exponenciales, lo cual nos sumerge en un contexto sin precedentes.
La velocidad, la volatilidad de las realidades políticas, económicas y sociales, sumado a la complejidad de las dinámicas del entorno y la incertidumbre hoy forman parte de la vida cotidiana de cualquier empresa.
Siempre he sido fanático de la teoría de sistemas porque a través de ella se puede comprender claramente el rol y el impacto de las organizaciones hiperconectadas como las actuales, sus efectos e incidencias.
Aunque la teoría de sistemas cuenta con un profundo andamiaje teórico, lo cierto es que constituye un enfoque fundamental para comprender la realidad de las empresas y su relación con el entorno.
La teoría de sistemas plantea que una organización es un conjunto complejo de partes interdependientes que interactúan entre sí para adaptarse a un entorno en cambio constante, a fin de lograr objetivos precisos. Cada parte del sistema depende de las otras en el desempeño de las actividades de la organización.
Toda empresa es un sistema abierto de relaciones (Cliente, trabajadores, proveedores, gobiernos, comunidad, etc.), en el cual, lo que pasa dentro de la empresa, depende cada vez más de lo que pasa fuera de ella: entorno cultural, económico, tecnológico, mercado y consumo, poderes públicos, comunidad local, etc.
Los impactos del entorno en una organización son conocidos en algunos casos como efecto mariposa, que se refiere a la amplificación de pequeñas situaciones que pueden afectar el comportamiento del sistema completo. La idea germen del efecto mariposa es que la secuencia interminable de hechos, aparentemente desconectados entre sí, acaban por tener consecuencias completamente impredecibles.
No importa que tan pequeñas sean las fuerzas, en un sistema estas siempre tienen un efecto.
Las organizaciones proactivas tienen un eficiente pensamiento basado en la teoría de sistemas, esto les otorga la capacidad de liderar los procesos y/o adaptarse rápidamente al cambio y no esperar reaccionar a las influencias del entorno.
Una organización puede tener similitudes con una unidad biológica, es un sistema abierto al entorno que interactúa con un ecosistema y es afectada por este, no es la suma de individualidades ni se comporta como un sistema cerrado.
Valorar la teoría de sistemas en tiempos como estos es una herramienta estratégica de gran valor.
El autor es consultor en reputación corporativa, comunicación estratégica y gestión de riesgos ESG.

