La suerte del Banco de Desarrollo Agropecuario (BDA) está echada. La entidad que, en opinión del presidente José Raúl Mulino, de banco solo tiene el nombre, se convertirá en un instituto de fomento enfocado en brindar apoyo financiero y técnico a pequeños y medianos productores.
Poco se conoce del avance del proceso de reestructuración, que se espera culmine el próximo año. La Prensa consultó al Banco Nacional de Panamá (BNP), entidad que absorberá gran parte de la cartera del BDA, pero se informó que por el momento no hay ninguna comunicación oficial al respecto.

¿Qué dicen los balances financieros del BDA de los últimos años? Aunque no es una entidad regulada por la Superintendencia de Bancos de Panamá, al cierre de 2024 se ubicó entre las primeras cinco instituciones en términos de cartera de créditos al sector agropecuario, con más de 260 millones de dólares.
En el ranking oficial de la Superintendencia, hasta mayo, el BNP se ubica como la entidad con el mayor monto destinado a créditos agropecuarios con 636.9 millones de dólares, seguido por Global Bank con 316 millones, Multibank con 282 millones y Banistmo con 211 millones.
A pesar de estar entre los principales financiadores del sector, entre 2020 y 2024 el BDA registró un balance negativo en tres ejercicios fiscales (2021, 2022 y 2024), producto de que realizó mayores desembolsos frente a la entrada de fondos por pago de intereses y recuperación de capital prestado.
En 2020 y 2023, el balance fue positivo en gran parte gracias a las transferencias procedentes del Fondo Especial de Compensación de Intereses (FECI), que ayudaron a compensar la menor entrada de ingresos corrientes.
Entre 2020 y 2024 el banco estatal manejó un presupuesto cercano a los 500 millones de dólares, de los cuales 340 millones se destinaron a inversión, mayormente a préstamos, y 159 millones a funcionamiento.
Para 2025 la entidad estatal contaba, hasta junio, con cerca de 100 millones de dólares en presupuesto, de los cuales 67 millones eran para inversión. Entre 2020 y 2024 el presupuesto del BDA no había superado los 90 millones de dólares, y el monto destinado a financiamiento es el segundo más alto desde 2019, cuando contó con una partida de 69.1 millones.
Con la vista puesta en la reestructuración, el Ministerio de Economía y Finanzas recomendó para el BDA un presupuesto levemente superior a 41 millones de dólares para 2026, de los cuales 15.9 millones serían para nuevos financiamientos y 25 millones para funcionamiento.
Desembolso por actividad
Al cierre de 2024, la actividad pecuaria se mantenía en primer lugar con el mayor porcentaje de fondos desembolsados por el BDA (61%), mientras que la producción agrícola recibió 22% y otras actividades 17%.
Los principales rubros financiados con préstamos del BDA fueron la ceba de ganado bovino y porcino, la cría de ganado, lechería, mejoras pecuarias, arroz secano, maíz mecanizado, tomate industrial, cebolla, ñame de consumo nacional y café.
Las provincias de Darién, Coclé, Los Santos y Chiriquí registraron el mayor porcentaje de desembolsos en 2024.
“Se estima que el crédito agropecuario del BDA representa aproximadamente un 15% del PIB agropecuario nacional”, resaltó la entidad en su memoria institucional del año pasado.
Para el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Gabriel Diez, es necesario incrementar el apoyo a la producción local, lo que permitiría a los consumidores contar con mayor disponibilidad de alimentos a precios más competitivos.
“El BDA se creó cuando la oferta de financiamiento para el agro era muy limitada. Hoy varios bancos, privados y estatales, financian al sector. El BDA con el tiempo acumuló una cartera morosa alta, pérdidas significativas y eficiencia reducida, mientras que el BNP aumentó su presencia nacional, mejoró sistemas y controles, fortaleció su patrimonio y especializó la banca agropecuaria con mejores mecanismos”, comentó Diez.
El empresario señaló que es importante que el BNP mantenga un equipo dedicado a analizar, entender y trabajar en pro del agro y su gente.
Morosidad
Según el informe de los últimos cinco años, en 2022 el BDA registró el mayor porcentaje de morosidad con 8.8%, equivalente a cerca de 17 millones de dólares. En sus memorias institucionales se indica que la morosidad aumentó de forma constante desde 2020, producto de la pandemia de coronavirus (Covid-19), que redujo los ingresos del sector productivo y limitó la capacidad de pago de los prestatarios.
A partir de 2023 el banco estatal reportó mayores ingresos procedentes de la recuperación de la cartera morosa, que se redujo a 3.7% (poco más de 6.7 millones de dólares) para finales de 2024. Igualmente, ese año se recuperaron 33.5 millones de dólares, superando en medio millón lo registrado un año antes.
Las provincias con mayor morosidad fueron Coclé (7.8%), Darién (4.8%), Los Santos (4.1%) y Panamá (3.8%). El resto se mantuvo por debajo del 3%, siendo Herrera la de menor porcentaje con 0.9%.

Adicional a la cartera de créditos, el BDA cuenta con 1,158 préstamos activos otorgados a través de programas como Agro Solidario y Mujer Emprendedora, que se incrementaron durante la pandemia. Estos financiamientos se otorgaron a 0% de interés, es decir, no representan un beneficio económico para la entidad.
Para el economista y productor Euclides Díaz, la decisión del Gobierno de cambiar la estructura del BDA es acertada, ya que la entidad no se rige por estándares bancarios internacionales y siempre operó como un instituto de fomento.

Considera que la nueva institución debe enfocarse en brindar apoyo a pequeños y medianos productores, no solo en temas financieros, sino también técnicos.
“Nunca dejó de ser un instituto de fomento; cariñosamente le decíamos banco, pero no es un banco. Tras el cambio que se realizará se debe apoyar a los pequeños productores para que logren un crecimiento sostenido que les permita acceder a la banca regulada”, comentó.
Por su parte, Augusto Jiménez, productor de Tierras Altas (Chiriquí), considera que la decisión del Gobierno es un retroceso para el sector agropecuario, y afirma que la política y la burocracia limitaron el alcance del financiamiento del BDA.
“Lo que hay que corregir es la burocracia y el manejo político. Estamos de acuerdo en que no es un banco: no tiene flujo de caja ni sistema de cobro, pero se puede corregir para que sea una entidad del sector agropecuario. Cerrarlo es un retroceso”, destacó Jiménez, quien reconoce que es comprensible la intención del Gobierno de reducir el tamaño del Estado, aunque insiste en que no se debe cerrar la puerta a nuevos créditos para pequeños y medianos productores.

