El débil crecimiento económico y la incertidumbre por temor a una recesión global, sumado a presiones inflacionarias y el conflicto bélico en Ucrania entre otros factores, afectan en gran medida a la recuperación del mercado laboral.
El director general de la Organización Internacional del Trabajo, Gilbert F. Houngbo, quien participó en las reuniones de primavera del Banco Mundial y el FMI en Washington, alertó que la desaceleración económica probablemente obligará a más trabajadores a aceptar empleos de menor calidad y mal pagados.
Houngbo indicó que este año el crecimiento del empleo mundial será solo del 1%, menos de la mitad de lo registrado en el 2022, mientras que el desempleo global se prevé que aumentará en 3 millones de personas que perderán sus trabajos para totalizar 208 millones de personas desempleadas. De seguir la tendencia para 2024 el desempleo afectará a un total de 210.9 millones de personas en todo el mundo.
La tasa de desempleo este año se situará en 5.8%. “El desempleo mundial se mantendrá 16 millones por encima del punto de referencia anterior a la crisis de 2019″, señaló la OIT.

Según los datos de la OIT las mujeres y los jóvenes son los segmentos más afectados en el mercado laboral.
“A nivel mundial, la tasa de participación de las mujeres en la fuerza laboral se situó en el 47.4% en 2022, en comparación con el 72.3% de los hombres. Esta brecha de 24.9 puntos porcentuales significa que por cada hombre económicamente inactivo hay dos mujeres así”, precisa el organismo.

En el caso de los jóvenes de 15 a 24 años la OIT indica que se enfrentan a graves dificultades para encontrar y conservar un empleo decente. La tasa de desempleo juvenil en el mundo es tres veces mayor que la de los adultos. Se calcula que más de uno de cada cinco, es decir el 23.5% de los jóvenes no tienen empleo, ni educación ni capacitación están en lo que se denomina NINI.

Llamado a mejorar el financiamiento
El director de la OIT, Gilbert F. Houngbo, abogó ante la reunión del Banco Mundial y el FMI a una reactivación de la financiación del desarrollo, combinada con una remodelación de las estructuras de incentivos empresariales para fomentar las inversiones a largo plazo en la economía real y por ende que se creen más empleos.
Hizo también un llamado a una acción multilateral coherente para fortalecer la dimensión social del desarrollo sostenible y el crecimiento económico, tal como lo prevé la Coalición Mundial por la Justicia Social propuesta por la OIT y sostuvo que es necesario promover la justicia social.

Precisó que la brecha entre el crecimiento de los salarios y el de la productividad laboral, y la necesidad de que los salarios reales aumenten, es una realidad que obliga a buscar soluciones para que la remuneración se pongan al nivel de la inflación y se alineen con el crecimiento de la productividad.
“La desigualdad de ingresos y la pobreza aumentarán si no se mantiene el poder adquisitivo de los peor pagados. Además, podría ponerse en peligro la tan necesaria recuperación tras la pandemia. Esto podría alimentar un mayor malestar social en todo el mundo y socavar el objetivo de lograr la prosperidad y la paz para todos. Hay una necesidad urgente de aplicar medidas políticas bien diseñadas para ayudar a mantener el poder adquisitivo y el nivel de vida de los trabajadores asalariados y sus familias”, aseguró Houngbo en el comunicado difundido por la OIT.


