Panamá debe mejorar la eficiencia estatal y diversificar su economía: BID

Para este año la economía de América Latina y el Caribe crecerá a una tasa del 1%, según las estimaciones dadas a conocer por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a mediados de marzo, un ritmo menor al registrado en 2022.

Contrario a lo proyectado para la región, Panamá crecería 5%, reafirmando la fortaleza de la economía después de la pandemia del coronavirus (covid-19), pero al mismo tiempo, también enfrenta desafíos como la desigualdad social, ineficiencia estatal, deficiente distribución del gasto público, falta de diversificación de la economía, dijo Tomás Bermúdez, nuevo representante del BID en el país.

Bermúdez conversó con La Prensa, donde habló de los retos y las oportunidades que tiene Panamá para atraer más inversiones, así como la importancia de mejorar la educación, lograr un manejo de los residuos sólidos, buscar nuevas fuentes de agua, acelerar la transición energética, entre otros puntos.

¿Cuál es la visión que tiene sobre la economía y la situación de Panamá?

Viví en Panamá anteriormente en un rol de representante del Banco y luego estuve en otros países. Ahora, regreso nuevamente a representar al BID, además de ser gerente de Centroamérica, Haití, México y República Dominicana. Pero sin duda, Panamá es mi casa y luego de conocer otras realidades, diría que los problemas de Panamá estructuralmente siguen siendo los mismos. Hay algunas variantes distintas, hay números que se ven mejores y otros peores, obviamente, hay una pandemia de por medio, pero en general, yo te diría que los retos de Panamá son más o menos los mismos.

Es un país que ya viene creciendo en las últimas dos décadas a niveles de los más altos de la región. Tuvo una desaceleración también de las más importantes, producto de la caída por efecto del confinamiento, que fue muy severo en comparación con otros países, pero después registró un rebote también con crecimientos de dos dígitos, 16% y 11%, de forma consecutiva, y ya la recuperación macro está consolidada; aunque no dejan de haber cicatrices en la economía.

Cuando hacemos acercamiento en temas como la productividad y el empleo, sectores particularmente como el turismo, la manufactura y la construcción, en este último que ha sido un motor valioso de la economía, se registra una caída del 20% con respecto al nivel prepandémico y en el turismo del 33%. Esto nos demuestra una recuperación desigual por sectores.

¿Cómo lograr esa igualdad de crecimiento?

Desde la óptica del Banco, los retos de Panamá son, por un lado, la formación de capital humano y cerrar las brechas territoriales. En segundo lugar, es prioritario aumentar la competitividad y la diversificación productiva del país. Si bien estamos diciendo que se han caído algunos de los sectores cruciales como la construcción, se deben buscar nuevos motores de crecimiento y ahí aparecen de manera clara el turismo y la agricultura.

Creo que el país tiene que tener una conversación clara y seria con respecto a la minería, que hoy representan el 16% de las exportaciones. Y además, algo en lo que hemos visto un deterioro y hay una necesidad de mejorar es en la institucionalidad, la eficiencia del Estado y la manera como se coordinan los distintos entes oficiales. Si vemos los números del ranking del Banco Mundial, Panamá ha descendido en los últimos 10 años en temas de eficiencia del Estado.

¿Qué se debe hacer el país en el tema de las instituciones públicas, por ejemplo, se cuestiona la transparencia y rendición de cuentas?

La coordinación interinstitucional suele ser muy compleja. Se tiene que ver cómo se mejora el gasto, al tiempo de incrementar los ingresos, pero de forma paralela se debe incrementar la transparencia y la justicia. Es importante que se envíe el mensaje de que la corrupción será penalizada, pero aún más importante es trabajar para que la misma no ocurra. Todos son elementos que, si se logran, generan confianza para los inversores que quieren venir a Panamá. Tener un Estado que funciona es vital para atraer capital extranjero. Igualmente, hay que trabajar para reducir los tiempos de los controles previos, con una mejor coordinación entre el Ministerio de Economía y Finanzas y la Contraloría General de la República. Todo eso se hace con una mejor digitalización de los procesos y un monitoreo de los datos y de la consecución del gasto.

¿Cómo reducir la brecha social?

Si bien la pobreza ha bajado de forma relevante, sigue siendo Panamá de los países más desiguales en la región de América Latina. Una desigualdad muy marcada en los territorios rurales. Si vemos, el gasto social en Panamá está en el orden del 8.5% del PIB. Esto es por debajo del promedio de América Latina, y a la mitad de los países como Uruguay y Chile que se han consolidado como países de ingresos medios en la región. Entonces en Panamá se debe mejorar la estructura del gasto público, que históricamente ha estado muy enfocado en inversión y creo que es importante empezar a hacer mejoras en el gasto social, focalizando mejor las transferencias condicionadas, tener mayor cobertura de salud. Hay que trabajar para que las inversiones en infraestructuras sean mejor diversificadas a nivel territorial y algo que es muy fundamental, la educación, hay que mejorar la cobertura y la calidad.

¿Qué hacer en materia de educación?

Lo primero es hacer una buena selección de maestros, ser más exigentes en la certificación de los países y allí podemos ayudar. Tenemos que asegurarnos de que la inversión en educación se distribuya territorialmente y de forma adecuada donde más se necesite.

Además, hay que coordinar bien las necesidades que tiene el mercado laboral, con la educación que se imparte en las universidades, para asegurar que los jóvenes tengan las habilidades del siglo XXI. En ese aspecto vamos a hacer algo específico con el Ministerio de Educación en el marco de una iniciativa regional que tenemos para prepararlos y conectar esas habilidades con mercados internos y externos. El reto es cómo formar a la gente en Panamá para exportar esas habilidades.

¿A cuánto asciende la cartera de préstamos del BID en Panamá y en qué programas se están enfocando?

El BID tiene una cartera de 29 proyectos por 2,398.7 millones de dólares, distribuidos entre un total de 13 sectores. Estos sectores son: agua y saneamiento (27%), mercados financieros (19.2%), salud y protección social (11.3%), energía (9.8%), desarrollo urbano (8.6%), educación (7.7%), transporte (3.6%), innovación para servir al ciudadano (3.2%), comercio e inversión (3.1%), gestión fiscal (2.5%), medio ambiente y administración de riesgos (1.7%), innovación y tecnología (1.3%) y mercados laborales (0.8%).

Somos un banco de desarrollo, a diferencia de un banco comercial que simplemente gira un cheque, nosotros trabajamos en áreas donde se requiere una transformación estructural y que transciende administraciones. Un ejemplo es el plan de saneamiento de la bahía de ciudad de Panamá, en el que hemos estado trabajando desde que era un plan maestro, nada más, hasta ahora y seguimos.

Estamos trabajando en la parte social, en todo lo que tiene que ver con aumentar la cobertura de salud, en temas de servicios públicos como energía y en alcantarillado. También apoyamos en temas de saneamiento de aguas y ahí, yo creo que el país no ha logrado mejorar como debería.

Si se analiza los niveles de cobertura de servicios básicos en Panamá hemos mejorado en alcantarillado, también en energía, pero no ha pasado nada en el tema del agua, ni ha mejorado la cobertura, ni la calidad, a pesar de que es un sector que ha tenido volúmenes importantes de inversiones en los últimos años. El país debe darle una mirada al tema del agua y del manejo de residuo sólidos. Cuando vemos que se quiere impulsar el motor económico del turismo, la basura no ayuda a mejorar la imagen del país, y nos gustaría trabajar en un futuro en algún proyecto del manejo de esos residuos sólidos.

Otro tema en el que estamos trabajando es en mejorar la recaudación en el país. Panamá es un país donde se recauda poco, comparado a otras naciones en la región, inclusive si se contabiliza el aporte del Canal de Panamá. Hay que trabajar para tener una agencia de recaudación más eficiente que vaya realmente a quién tenga que pagar impuestos. Y eso pasa también por generar programas que incentiven la formalización de la economía. Con la pandemia se incrementó el nivel de informalidad y eso requiere un trabajo importante para recuperar y diversificar la economía.

Con ese enfoque de diversificación estamos creando el primer fondo de garantías para financiamiento de Pequeñas y Medianas empresas (Pymes) que no existía en el país, y con él, esperamos financiar aproximadamente a unas 6 mil pymes para finales de este año. Esto nos permitirá gestar motores en el sector comercial y para el cual estamos destinando 150 millones de dólares, programa que se está trabajando con el Banco Nacional de Panamá.

¿Qué se propone para el manejo de los residuos sólidos?

Está la parte de recolección y la otra es la disposición de los desechos. Hay que generar mecanismos de reciclaje, transformar la basura en energía y reconvertir esos productos reciclados en otros. Estamos trabajando para ver las alternativas que se pueden implementar para la disposición como en el reciclaje. Hay que generar una cultura de economía circular. El problema de la basura, si se pregunta a la población, está por encima de otros.

¿Qué análisis tienen sobre el tema de la crisis de la Caja del Seguro Social?

Este es un tema que debe ser atendido y lo que pudiéramos hacer como banco, aparte de ver las alternativas técnicas, es ayudar a que todas las partes se sienten a discutir en la mesa y se pongan de acuerdo. Todos los sectores van a tener que sacrificar algo o ceder en ciertas posiciones. Pero lo que no debe pasar es una solución a corto plazo y en cinco años volvamos a estar donde estamos ahora. En términos de mantener la salud fiscal del país, hay que atender este tema de forma seria y responsable.

¿Qué plantean en el tema de apoyo a programas sostenibles y de diversificación energética?

Estamos trabajando en el caso de Panamá, una estrategia de transición energética. Por fortuna, Panamá es uno de los países que es carbono neutral, pero tiene sectores que impactan el medioambiente como el transporte. Nos enfocamos en lograr generar las condiciones para impulsar la movilidad eléctrica. Estamos ayudando en la redacción de leyes y para que se creen incentivos para avanzar hacia la movilidad eléctrica, generando así un detonante de atracción de inversiones tanto en transporte público, de carga y privado.

Otro tema es la gestión y el manejo del agua. Panamá tiene que hacer una mejor gestión de sus cuencas hidrográficas. Este tema a mi juicio ya se ha convertido en un riesgo sistémico para el país y lo está diciendo la propia Autoridad del Canal de Panamá.

Katiuska Hernández

Periodista seccion economía.