Los hoteles en Panamá han pasado por una dolorosa recuperación económica que aún no termina. Pero las torres de cristal, cuyas habitaciones tienen como eje central las camas acolchonadas al mejor estilo de un muñeco de felpa, finalmente están recibiendo a más turistas cuando se comparan las estadísticas más recientes con los días oscuros de la pandemia.
Igual está ocurriendo con los centros de hospedaje del interior del país.
La Asociación Panameña de Hoteles (Apatel) reveló que el 2022 cerró con un 52% de ocupación promedio.
Pareciera que están cada vez más cerca del tan anhelado 60% de ocupación, la línea que marca el ideal operativo para los hoteles.
Raúl Jiménez, presidente de Apatel, explicó que saltaron de un 39% de ocupación en 2021 al 52% al cierre de 2022.
“Hubo un brinco importante de 13 puntos porcentuales, mientras que para los dos primeros meses de este año también estamos viendo un crecimiento significativo sobre la cifra del año pasado”.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que miles de habitaciones continúan cerradas tras el frenazo que impuso la pandemia y las medidas de confinamiento.
En mayo de 2022 contabilizaban 6,300 habitaciones cerradas, pero el número ha bajado hasta llegar a 4,500.
Durante la pandemia, los cierres más visibles fueron el del Megapolis, que contaba con más de mil 400 habitaciones, y el hotel que operó por 20 años bajo el sello del Marriott en el área bancaria.
El número de habitaciones en desuso implica que todavía permanecen cerrados entre 25 y 30 hoteles.
Jiménez aprovechó la oportunidad para aclarar que en mayo del año pasado habían contabilizado unos 34 centros de hospedaje que no habían podido arrancar con sus operaciones, por lo que las cifras más recientes demuestran que la industria se está encaminando.
Se calcula que en el país hay un poco más de 30 mil habitaciones hoteleras, la gran mayoría en la ciudad capital.
¿Es Panamá un destino caro?
En toda discusión en el plano turístico salen a relucir los precios que pagan los visitantes por ciertos servicios turísticos.
Jiménez considera que en cuestiones de precios todo es relativo. Probablemente sea un destino costoso para los panameños, pero no para los turistas que vienen de Europa, Estados Unidos o Canadá, dijo.
“Somos nosotros los panameños los que sí estamos sintiendo cómo el costo de la vida está subiendo”.
En este sentido indicó que la tarifa promedio por noche, actualmente está en $120, es decir, “32% por debajo del promedio en Centroamérica”.
“Costa Rica, por ejemplo, en muchos aspectos es más caro que Panamá y tiene más éxito turístico que nosotros porque se vende mucho mejor”, recalcó.
Precisamente en el área de la promoción destaca como un punto positivo el hecho de que el país ya tiene definido un plan maestro en el que participaron todos los gremios y sectores involucrados en la actividad turística, pero reconoce que a veces hay desvíos en la forma en la que se mercadea el país.
A manera de ejemplo mencionó que el Fondo de Promoción Turística (Promtur) utiliza el mensaje “Panamá Vive por Más”, como un enfoque para promover internacionalmente el destino, inspirado en el corazón del panameño, pero por otro lado la Autoridad de Turismo de Panamá impulsa localmente al “Panamá Por Naturaleza”.
“Tenemos que alinearnos, tenemos que empujar una sola marca, tenemos que afinar muy bien nuestro mensaje. Yo he visto publicidad de Panamá en la que no sale ni una vista del Canal. Y cuando pregunto por qué, me dicen que quieren demostrar que Panamá es más que un Canal. Y sí, nosotros somos más que la vía acuática, pero el Canal es nuestro identificador. Es como si Francia le pusiera un velo negro a la Torre Eiffel”.
¿Se han recuperado los empleos?
En este tema también hay diferencias de criterio, pues las cifras oficiales aglutinan los empleos de hoteles y restaurantes en una sola categoría, por lo que, a juicio de Jiménez, es muy difícil hacer valoraciones específicas.
Según sus cálculos, a los hoteles les corresponde en estos momentos cerca de 30 mil empleos.
Para René Quevedo, consultor empresarial, la potencialidad del turismo panameño es enorme, pero el sector sigue siendo “una Cenicienta” en materia de impacto socioeconómico, particularmente laboral.
“El 62% de los empleos del sector son informales. Luego de haber sido arrasado por las restricciones de movilidad impuestas para controlar la pandemia de la covid-19, el sector estuvo secuestrado por la paranoia sanitaria y el empleo apenas comienza a recuperarse”, precisó.
Según las cifras del Instituto de Estadística y Censo, de cada 100 nuevos empleos generados en el sector de hoteles y restaurantes en el 2022, 21 fueron de directores o gerentes, 11 trabajadores de servicio al cliente y el resto es mano de obra no calificada, con escolaridad inferior a los 9 años.
“La actividad turística ofrece una gran potencialidad para la generación de empleo incluyente, pero necesitamos transmitir confianza. Potencial sin inversión es ilusión”, remarcó Quevedo.
