América Latina necesita salir de la “zona de conformidad” y reactivar de manera urgente el crecimiento económico para superar los desbalances estructurales y romper los círculos de la pobreza, asegura el presidente del banco de desarrollo de América Latina y el Caribe CAF, Sergio Díaz-Granados.
“Venimos de un ciclo de bajo crecimiento que es muy complejo en América Latina. Hemos preservado los estancamientos de la pobreza, de la reducción de la pobreza, tenemos 15 años en que la pobreza extrema no retrocede, que la pobreza general no retrocede en América Latina”, dice en una entrevista con EFE Díaz-Granados, quien acaba de ser reelegido para un segundo periodo de cinco años al frente de CAF, que comienza en 2026.
Según datos del banco, los países de América Latina y el Caribe están ante el desafío de sacar de la pobreza a 172 millones de personas, de las cuales 66 millones ni siquiera cuentan con ingresos para una canasta básica de subsistencia.
Esas cifras hacen parte de lo que el presidente de CAF señala como “desbalances estructurales, casi que seculares, que hay que atender”, junto con la reducción de la informalidad, el desempleo y la falta de productividad, entre otros.
“Tal vez lo que a mí como presidente de CAF, como institución que es de la región más me preocupa y más me desvela, es que no podamos ver un crecimiento económico sostenido por encima del 4 %, la reducción de la pobreza y la ampliación de las oportunidades para la gente joven”, explica.
Bajo crecimiento económico
El crecimiento de la región se mantiene desde hace cuatro años en niveles bajos y para este año la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha pronosticado que será del 2.4%, mientras que para 2026 proyecta un 2.3%.
“Creo que nadie que esté en esta actividad del desarrollo tiene tranquilidad hoy en América Latina hasta que no veamos las cifras de crecimiento económico, la reducción de la informalidad y el aumento de las oportunidades y que eso se traduzca en algo esencial, que es la esperanza de la gente en nuestra región”, añade.
Parte de esa desesperanza “se está traduciendo en los desequilibrios que estamos viendo de polarizaciones y tensiones dentro de América Latina y el Caribe”, subraya.
En ese sentido, Díaz-Granados señala “paradojas” de la región, como “la de estarnos envejeciendo como continente y tener todavía un bono de población joven, más de 220 millones de jóvenes” de los cuales hay sin embargo “18 millones que ni estudian ni trabajan”.
Esos asuntos serán tratados en el Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe 2026, que se celebrará el 28 y 29 de enero próximo en Ciudad de Panamá, donde desde hace cuatro años funciona la presidencia ejecutiva de CAF, y que será “una interacción del sector privado y el sector público para buscar más inversión” para la región.
El camino de las reformas
En opinión de Díaz-Granados, los diagnósticos sobre el desarrollo están hechos pero a América Latina y el Caribe le hace falta “salir de pronto de las zonas de conformidad” pues hay “una especie de campana donde se ha metido un grupo de la población y hay un porcentaje de la población que está fuera de esa campana”.
“Creo que lo que nos hace falta son mejores reformas”, dice, pues “América Latina tiene piezas suficientes o una caja de herramientas suficientes para resolver sus propios dilemas”.
Por eso, considera necesario trabajar en “más reformas que nos lleven a mejores políticas públicas, que activen más el crecimiento, que atraigan más la inversión” para aprovechar el potencial de cada país.
“Es como elevar el nivel de conciencia de que la región no se conforme con lo que tiene y que de alguna manera migremos esa inconformidad hacia lo positivo, es decir, adelantar reformas y adelantar acciones que nos lleven por una senda de crecimiento económico seguro”, afirma.
En ese punto, Díaz-Granados destaca que la región tiene “un capital natural importante” que le debe permitir “ser un actor a nivel global en los asuntos de cambio climático, en energía o en alimentos”, sectores sobre los cuales América Latina puede “hacer crecer aún más la economía y darle más oportunidades a la gente joven, especialmente a los que hoy tenemos en situación total de parálisis”, concluye.
