El Ministerio de Educación (Meduca) cerró el primer semestre de 2025 con una ejecución presupuestaria global de 27%, al utilizar 915.7 millones de dólares de un total asignado de 3,364 millones de dólares.
Del monto ejecutado, 822.4 millones de dólares corresponden a funcionamiento y los restantes 93.3 millones de dólares a inversión, lo que representa el 7%.
Estos datos sitúan al Meduca con la ejecución más baja dentro de los ministerios al cierre de los primeros seis meses del año. Sobre la baja ejecución del Meduca, el presidente José Raúl Mulino indicó que el presupuesto de educación es imposible de ejecutar en su totalidad, tomando en cuenta que representa el 7% del Producto Interno Bruto, asignación que, en su opinión, es errada, ya que el PIB no es una medida financiera de disponibilidad de fondos.

Mulino señaló que los datos del primer semestre no son un indicativo del trabajo que se viene realizando en cada uno de los ministerios, debido a que del presupuesto no se pueden descontar los montos que están en licitación. Agregó que cada dos semanas se realiza una revisión en el Consejo de Gabinete para evaluar cómo avanza la ejecución en cada una de las carteras.
“En diciembre me vuelven a preguntar cómo va la ejecución, porque en ese momento tendremos una mejor idea”, comentó el mandatario, quien añadió que la primera mitad del año en materia de educación estuvo afectada por la huelga que mantuvieron por más de dos meses los gremios docentes.

Los débiles resultados que registró el Meduca en materia presupuestaria durante el primer semestre de 2025 no están lejos de lo que ha ocurrido en años anteriores.
Datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) revelan que, desde 2018 al 2024, el Meduca ha estado entre los tres ministerios con la menor ejecución presupuestaria, incluso ocupando el primer puesto en 2021 y 2023 con un 69% y 74%, respectivamente.
En este periodo de siete años, el Meduca ha manejado un presupuesto modificado de 13,507 millones de dólares, de los cuales 11,140 millones de dólares se destinaron a funcionamiento y 2,366 millones de dólares a inversión, aproximadamente.
Al ver el desglose de ejecución, se observa un 96.7% en gastos operativos como salarios y un 70.1% en programas de inversión.
Excluyendo los datos del primer semestre de 2025, entre 2018 y 2024, el Meduca no ha ejecutado 705.9 millones de dólares asignados para inversión —principalmente en construcción y mejoras de centros educativos— y otros 366.6 millones de dólares en funcionamiento.
De la cifra no ejecutada, 485 millones de dólares corresponden a los fondos que no se utilizaron en la vigencia 2024 en el renglón de inversión, cuando la ejecución solo alcanzó el 48% en planes de mantenimiento y nueva infraestructura. Precisamente, 2024 fue el primer año que se aplicó la medida del 7% para designar el presupuesto al Ministerio de Educación.
Al cierre de esta edición no se habían recibido las respuestas al cuestionario enviado por La Prensa para conocer los motivos de la baja ejecución hasta junio y si existe algún plan para acelerar el uso de los fondos asignados para este año.
La ministra de Educación, Lucy Molinar, explicó recientemente a los medios que la mayoría de los proyectos en el sector educativo son de gran envergadura, por lo que su impacto en el presupuesto solo se refleja una vez concluidos y pagados. “Proyectos que se iniciaron el año pasado no pueden finalizarse en apenas seis meses”, puntualizó.
“Hay que entender el presupuesto. Yo, próximamente, con el ministro del MEF, vamos a hacer una conferencia de prensa para explicarlo. Hay que hacer un ejercicio de realismo porque eso del 7 %, como lo dijo el presidente Mulino, no existe. No existe esa cantidad de dinero y, para lo que existe, nuestra ejecución es bastante buena”, dijo Molinar.
Priorizar inversiones
Para la presidenta de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (Apede), Giulia De Sanctis, es importante que el presupuesto asignado a educación esté priorizado en la inversión y mejora educativa, y evitar que se destine a engrosar la planilla de la institución.
Asimismo, opina que la asignación de recursos debe ir de la mano con resultados medibles y tangibles, porque invertir en educación no es solo gastar: es construir el futuro del país.
Considera que fijar el presupuesto del Meduca en función del PIB no garantiza mejores resultados y califica la decisión tomada en 2023 como un desacierto, ya que el producto interno bruto refleja el tamaño de la economía con cifras macroeconómicas abstractas, y no los ingresos reales del Estado.
La presidenta de Apede indica que Panamá puede guiarse por otros estándares internacionales como el 11% del gasto público total recomendado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o el 15% a 20% que sugiere la UNESCO, cálculos que se basan sobre ingresos efectivos.

Para De Sanctis, la baja ejecución del presupuesto en educación provoca dos consecuencias críticas: por un lado, facilita los traslados de partidas que deben pasar por la Asamblea Nacional, un proceso que puede abrir la puerta a decisiones guiadas por intereses particulares como “qué hay para mí”; y, por otro, cada año, al inicio del período escolar, persisten escuelas con problemas de mantenimiento o infraestructura, lo que retrasa el arranque de clases.
Opina que una alternativa para mejorar la eficiencia en la inversión de infraestructura escolar es la implementación de Asociaciones Público-Privadas (APP), ya que considera que este modelo garantiza estándares de calidad y servicio, asegurando que todas las escuelas estén construidas, mantenidas y listas para operar al inicio del año escolar.
Además, sostiene que las APP permiten que la ejecución presupuestaria sea más ágil, ya que los pagos se realizan en función de la disponibilidad y el cumplimiento, asegurando que los recursos se conviertan en resultados concretos y medibles.
Temístocles Rosas, presidente del Instituto de Gobierno Corporativo de Panamá, coincide con De Sanctis sobre el error que se cometió en su momento de establecer el presupuesto del Meduca en base a un porcentaje del PIB.
Desde su punto de vista, los fondos asignados al sector de la educación son más que suficientes, y apunta a la burocracia estatal como el principal obstáculo de la ejecución del presupuesto en el sector educativo.

“En el Meduca se debe buscar una ley que permita que los procesos de reparación de escuelas, compra de insumos para la educación y construcción de escuelas tengan, además de transparencia, una vía más rápida para su proceso de contratación”, sostiene Rosas, quien agrega que hoy día el principal reto que enfrenta la educación es alinear su oferta académica a las verdaderas realidades del mercado laboral.
Sobre este punto, la presidenta de Apede señala que el gasto en educación debe planificarse con visión de largo plazo, ejecutarse a tiempo y estar ligado a resultados concretos. Esto implica, en su opinión, establecer planes estratégicos plurianuales con metas claras, descentralizar la gestión para que las direcciones regionales y los centros educativos actúen con mayor autonomía y trámites simplificados.
También considera positivo adelantar las contrataciones antes de iniciar el año fiscal y aprovechar herramientas digitales que permitan dar seguimiento en tiempo real al uso de los recursos.
En materia educativa, ve como necesario lograr una actualización del contenido de los planes de estudio para que la enseñanza en el país esté alineada con el siglo XXI. Igualmente, sostiene que es importante profundizar en la formación docente que permita contar con mejores metodologías de enseñanza y evaluación de aprendizajes, así como definir competencias necesarias y aplicar exámenes de admisión para garantizar la idoneidad de los docentes.


