Denzel Washington se siente muy bien en este momento, está próximo a celebrar su cumpleaños 62 y el Sindicato de Actores de la Pantalla acaba de reconocer su adaptación de la obra "Fences" de August Wilson por el trabajo de todo su elenco.
La película ha recibido buenas respuestas del público en los pocos cines donde se ha presentado antes de su estreno en Estados Unidos el día de Navidad. La alegría en torno a la película es relativamente nueva, aunque Washington sabía que tenía buenas posibilidades.
"Fences", la obra de teatro escrita por Wilson en 1983 sobre una familia afroestadounidense en Pittsburgh de 1950, había ganado el Premio Pulitzer y premios Tony para el elenco original de Broadway, así como otros premios Tony para Washington y Viola Davis en su reposición de 2010.
Pero era la primera adaptación al cine de la obra y el tercer proyecto de Washington detrás de cámara. "Al comienzo de la película había presión. Era como 'todo eso funcionó, todo salió bien, íno lo eches a perder!''', dijo Washington.
"Mi preocupación era primero August Wilson y después mis actores. Y el Sindicato de Actores de la Pantalla dijo 'reconocemos eso', así que me dio mucho gusto. Me he relajado un poco. Y no hay nada que se pueda hacer al respecto de todas formas. La película le pertenece a la gente ahora".
La pocas críticas que se han hecho a la película, sobre Troy Maxson (Washington), su esposa Rose (Davis) y su familia, se han centrado en esa vieja idea de que cuando se lleva una obra de teatro a la gran pantalla el director debe "abrirla" y disfrazar su esencia teatral.
En algunos casos Washington amplió las escenas, en otras, corta para presentar otra persona en la cocina escuchando algo o se detiene en Davis por un momento en vez de cerrar la escena inmediatamente. A veces va en sentido contrario y aumenta el dinamismo del momento.
Para imaginar las cosas mejor, Washington, recordó el consejo de Sidney Lumet y preparó un ensayo de dos semanas. Rentó una iglesia grande en Pittsburgh, marcó la escenografía usando cinta adhesiva en el piso y contrató actores suplentes para seguir el guion al pie de la letra.
Esto le permitiría a él y a su directora de fotografía, Charlotte Bruus Christensen, caminar, ver las acciones y descubrir cómo hacer las tomas. Durante la filmación no tendrían tiempo para hacer eso.
Para las decisiones realmente difíciles, Washington dijo que consultaba el espíritu de Wilson mientras dormía. La intención de Wilson era siempre lo más importante. Washington tuvo oportunidad de conocer al dramaturgo una vez, hace unos 13 años.
"Era un hombre encantador, nos sentamos en su porche, no sabía que esa era la última vez que lo iba a ver.
