Los seguidores de la saga cinematográfica de ciencia ficción Star Wars (La guerra de las galaxias) están de luto.
El actor Kenny Baker (Birmingham, Inglaterra, 1934), quien hacía el papel del droide R2-D2, inmerso en su caparazón, ha fallecido en su hogar tras una larga enfermedad a los 81 años.
Drew Myerscough, sobrino de Baker, dijo a la agencia de noticias AP que lo halló sin vida, ayer sábado, en su hogar en Preston, en el noroeste de Inglaterra.
Baker —quien presentaba enanismo— se encontraba en silla de ruedas y sufría un padecimiento en sus pulmones.
La noticia la dieron a conocer sus familiares a medios de comunicación internacionales.

Su sobrina Abigail Shield dijo a The Guardian que su fallecimiento “se esperaba, pero es triste de todas formas. Tuvo una vida muy larga y completa. Le entregó mucha felicidad a las personas y celebraremos el hecho de que fue bien amado por todo el mundo. Estamos orgullosos de lo que hizo en su vida”.
Añadió que el actor, quien medía 1.12 metro de estatura, había sido invitado el pasado mes de diciembre para asistir a una convención de Star Wars en Estados Unidos, pero no pudo acudir por sus quebrantos de salud.
Es muy probable que su rostro no sea conocido por muchos, pues para personificar al droide astromecánico R2-D2 tenía que usar el caparazón del robot, característico por ser de corto tamaño, de color mayormente blanco con azul.
En Star Wars, R2-D2 se presenta como contraparte y amigo del C-3PO, un droide alto de color dorado.
Baker desempeñó dicho personaje en todas las entregas que ha tenido la saga, a excepción de la última, Star Wars: Episode VII - The Force Awakens (2015).
También actuó en otras películas de corte romántico como The Elephant Man, Time Bandits y Flash Gordon, y en diversas series de televisión.





