Originalmente era una manzana ocupada por viviendas, pero como el incendio de 1781 abatió el barrio de San José, el terreno quedó baldío.
Los incendios del siglo XVIII afectaron la fachada de una ciudad en plena decadencia. El semblante del intramuros dieciochesco era de solares vacíos. La Compañía de Jesús y Santo Domingo quedaron en ruinas hasta hoy.
La Plaza del Triunfo, entonces, surge como un espacio natural que comenzó a utilizarse para las corridas de toros cuando se anunció en la Gaceta de Panamá N°11, año 1, de febrero de 1887. El Acuerdo 8 del 22 de diciembre de 1886 concedió licencia a Manuel F. Díaz para establecer una plaza de toros, la cual habría de ser “construida a una distancia de la plaza Catedral, de 500 metros por lo menos, y en un lugar cercano a la línea del tranvía que se tiene en proyecto”.
Desde 1887 recibió el nombre de plaza Herrera en honor al general panameño Tomás Herrera (1808-1854), una de las figuras políticas más prominentes del siglo XIX. Se siguió utilizando como coso taurino hasta la prohibición de las corridas y no es hasta 1928 que adquiere el aspecto que hoy exhibe.
Las corridas fueron prohibidas durante la primera década del período republicano, como parte del programa de modernización del país, de “civilización” dirían los admiradores del presidente Porras, y la plaza "herreriana" pasaría a tener la función de servir como marco escénico a un monumento escultórico consagrado en honor al héroe nacional.
No fue hasta el 30 de noviembre de 1928 que se inauguró la estatua ecuestre dedicada al gran héroe de Ayacucho, obra del escultor francés Augusto Denis. En la base del monumento había un vidrio grueso que resguardaba un puñado de tierra traído de la zona de Ayacucho, donde combatió Herrera, obsequiado al Gobierno de Panamá por el presidente peruano Augusto B. Leguía.
Tomás José Ramón del Carmen de Herrera y Pérez Dávila (Panamá, virreinato de Nueva Granada, 21 de diciembre de 1804 - Bogotá, República de la Nueva Granada, 5 de diciembre de 1854) fue presidente de la República de la Nueva Granada y jefe de Estado del Estado Libre del Istmo entre 1840 y 1841.
En 1821 entró en el servicio militar y participó en Perú en las batallas de Junín y de Ayacucho contra los realistas. En 1828 fue acusado de conspiración y encarcelado en Bogotá. Tomás Herrera se fugó, pero fue capturado y condenado a muerte. Se le conmutó la pena por la de destierro por su hoja de servicios militares.
Organizó la economía y consiguió que Costa Rica y Estados Unidos reconocieran al nuevo país. La nación duró 13 meses. Después de meses de negociación, el Gobierno de Bogotá convenció al coronel Herrera de reintegrar al istmo bajo el acuerdo de no emprender castigo contra los secesionistas istmeños. Haciendo caso omiso a lo acordado, una vez reintegrado el istmo, el coronel Herrera fue desterrado y borrado del escalafón militar.
El primer hito fue el edificio La Reformada, en avenida Central y plaza Herrera (1917-1921). El arquitecto fue Leonardo Villanueva Meyer que impactó con un edificio de seis pisos, logrando construir el primer rascacielos de Panamá. Tenía elevadores, que en su época era una novedad, oficinas y un establecimiento comercial con mezzanine, la American Trade Developing Company de Ramón Arias Feraud (bisabuelo del actual dueño). De grandes ventanales, presentaba elementos neoclásicos y de art nouveau. No se construyeron más edificios tan altos en San Felipe que hubieran destruido la escala del sitio.
A su alrededor estaba la pensión Herrera y la pensión Panamericana en la esquina con calle Décima en plaza Herrera. También se encontraba la casa matriz del Citibank. Se podía apreciar el Baluarte de Mano de Tigre y La Boyacá.
La plaza fue restaurada en 1980 por iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Instituto Panameño de Turismo (IPAT), actual autoridad de turismo.
La Reformada cayó en abandono y fue adquirida en 2007 por Conservatorio, una empresa que lo restauró ciñéndose a las directrices de protección y conservación del Patrimonio Mundial de la Unesco. Actualmente es el American Trade Hotel, que abarca lo que era el Citibank (actual American Trade Hall), Café Unido y el Jazz Club de Danilo Pérez, compositor y pianista de jazz. En frente de la plaza está la fundación Danilo Pérez, que recluta a niños y jóvenes con talento musical para impulsar su desarrollo en instituciones reconocidas internacionalmente.
El bar Mojitos sin Mojito está a un costado de la plaza. La pensión Panamericana, ubicada en frente de la plaza fue restaurada por la firma de arquitectos Villanueva y Tejeira, pero cerró a finales del año pasado.
Hasta el cantautor más famoso de Panamá, Rubén Blades, le dedicó una canción: “En tus bancas yo soñaba, mientras la Luna pintaba mi esperanza azul. Viejo barrio que me trae dulces recuerdos de una infancia que pasó. Plaza Herrera, te recuerdo, porque no has borrado mis huellas. Pues, aún conservas aquellas cosas que un niño soñó”.
FUENTES
- El Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá, de Cultura Metropolitana.
- Panamá – El Casco Antiguo (Edición Especial), de Editart S.A.
- El Casco Antiguo de Panamá, de Eduardo Tejeira Davis.
- Vida del General Tomás Herrera, de Ricardo J. Alfaro.









