Las campanas de la abadía de Westminster sonaron este lunes 20 de noviembre en el cielo londinense para celebrar los 70 años de matrimonio de la reina Isabel II de Inglaterra y Felipe de Edimburgo la primera pareja real británica que alcanza sus bodas de titanio.
Es un nuevo récord para la reina, decana de los monarcas del mundo, que ascendió al trono en 1952 a la edad de 25 años. El duque de Edimburgo ostenta, por su parte, el récord de longevidad de los consortes reales en Reino Unido, que anteriormente tuvo la reina Carlota, esposa de Jorge III durante 57 años.
Aunque la pareja no participó en actos públicos conmemorativos, las campanas de la abadía de Westminster, donde se casaron el 20 de noviembre de 1947, sonaron en Londres para rendirles homenaje.
El grupo de campaneros de la abadía, compuesto por 10 personas, debía hacer sonar las campanas durante 3 horas y 20 minutos, hasta las 16:20 GMT.
Con ocasión del aniversari, eol palacio de Buckingham desveló dos imágenes de la pareja, tomadas a primeros de mes en el salón blanco del castillo de Windsor por el fotógrafo británico Matt Holyoak.
En una de ellas, la reina Isabel luce un vestido de color crema que ya había llevado en sus bodas de diamante, hace 10 años, y un broche de oro amarillo, con un rubí y un diamante regalado por su esposo en 1966. Este, en traje gris y corbata morada, aparece a su lado.
La empresa de correos británica, Royal Mail, editó seis sellos en blanco y negro que representan a la pareja durante su noviazgo, su boda y su luna de miel. Isabel II y el príncipe Felipe tuvieron cuatro hijos (Carlos, Ana, Andrés y Eduardo), ocho nietos y cinco bisnietos.
Se espera que el sexto bisnieto, tercer hijo de Guillermo y Catalina, nazca en el próximo mes de abril. La pareja real vivió junta siete décadas, de las cuales la más difícil fue sin duda la de los noventa, con el divorcio de tres de sus hijos y la muerte, en 1997, de la princesa Diana en un accidente de tráfico.
Pese a sus temperamentos bastante distintos –la reina es comedida y su esposo, más impulsivo–, siempre mostraron su unidad, aunque cierta prensa británica hizo negocio con las supuestas infidelidades del príncipe. “Es mi roca”, dijo un día Isabel II a propósito de su marido.

