Juan Carlos Jiménez se encontraba en Estados Unidos (EU) cuando decidió comprar un paquete de tarjetas de jugadores de béisbol de las Grandes Ligas y resulta que le salió justo la tarjeta que quería: la del panameño Roberto Kelly.
Abrir aquel paquete y sentir la emoción de tener entre las manos la tarjeta anhelada fue “el principio del vicio”, reconoce Jiménez, en broma y en serio.
Porque desde entonces, este ingeniero en sistemas de 64 años ha reunido la mayor colección de tarjetas de jugadores panameños que juegan o jugaron en algún momento en las Grandes Ligas.

Jiménez tiene unas 5 mil tarjetas de los más de 50 jugadores nacionales que han llegado a la llamada “gran carpa”.
“Conozco a muchos coleccionistas de tarjetas y todos vienen a comprarme las que yo tengo. Por eso creo que tengo la colección más grande”, explica Jiménez desde su tienda Colecciones Panamá, donde además de tarjetas vende decenas de objetos de memorabilia.
Sus viajes a EU eran a la ciudad de Fort Lauderdale, en Miami, donde los Yankees jugaban sus partidos de pretemporada y Jiménez no se los perdía. Por eso desarrolló una mayor afición por las Grandes Ligas, y más por los “Bombarderos del Bronx”.
Ya en la década de 1990, Jiménez se estableció en Panamá y continuó armando su colección de tarjetas con piezas que valen hasta 200 dólares, sobre todo por su antigüedad.

En su colección también hay tarjetas especiales, ya sea autografiadas, con monedas o con pedazos del bate o uniforme del jugador.
Incluso tiene una tarjeta telefónica con la figura de un joven, Rubén Rivera, el único que apareció en aquella serie alusiva a los grandes prospectos de la liga.
Además de tarjetas, la colección de Jiménez abarca más artículos del béisbol como pelotas, guantes, cascos, bates y objetos alusivos como figuras plásticas de jugadores, platillos, barajas, juegos de dominó, platos, Legos, Monopolios y la Barbie de los Yankees.
¿A qué equipo apoyaba en la reciente Serie Mundial? A los Cachorros de Chicago. Se merecían el triunfo luego de tantos años de espera.


