7:15 a.m. - LOS ANGELES, Estados Unidos. (DPA).- No hubo sorpresas. El discurso del rey fue coronada en la noche del domingo con el Oscar a la mejor película, y un tembloroso Colin Firth subió al escenario del teatro Kodak a recoger su estatuilla como mejor actor.
Esta producción británica sobre la tartamudez del rey Jorge VI de Inglaterra partía como favorita con 12 nominaciones. Y además de mejor filme e intérprete masculino se llevó también el Oscar a la dirección (Tom Hooper) y el mejor guión original.
Firth no tartamudeó en su discurso de agradecimiento, pero casi. Allí no había ningún logopeda que le marcara el ritmo, sino un "fuerte baile en el abdomen", dijo con voz quebradiza. "Siento que mi carrera ha llegado a su cima", señaló.
El Oscar para la mejor actriz fue también a la favorita, Natalie Portman, por su papel de atormentada bailarina en El cisne negro. Embarazadísima y enfundada en un favorecedor vestido morado, la joven de 29 años no pudo evitar las lágrimas cuando recogió la estatuilla.
Antes, el veterano Kirk Douglas había protagonizado uno de los momentos más emotivos de la noche al presentar el Oscar a la mejor actriz de reparto, que recibió Melissa Leo (The Fighter).
Visiblemente desgastado a sus 94 años y tras una apoplejía, el actor se mostró feliz y no paró de hacer bromas con su bastón.
Estos fueron los pocos momentos mágicos de una velada vista por millones de espectadores en todo el mundo que los actores Anne Hathaway y James Franco condujeron sin demasiada gracia.
Ella brilló con ocho espectaculares vestidos y cantó un animado tema con guiños a Hugh Jackman, que presentó la gala hace dos años, mientras que Franco, más apagado, llegó a disfrazarse de Marilyn, pero en conjunto no convencieron.
Tampoco hubo comentarios afilados ni alusiones políticas: Sólo Charles Ferguson, que se alzó con el Oscar al mejor documental por Inside Job, sobre la crisis financiera, lanzó una indirecta.
El realizador criticó que "tres años después de la crisis, desatada por fraudes masivos, ni un sólo responsable financiero esté en prisión".
El thriller futurista Inception se llevó cuatro de los Oscar más técnicos, mientras que para la otra gran favorita, La red social, sólo hubo tres estatuillas: montaje, banda sonora y guion adaptado para Aaron Sorkin.
Al igual que Leo, Christian Bale también se alzó con el premio al mejor actor de reparto por el drama de boxeo The Fighter, mientras que Toy Story 3 ganó, como se esperaba, el Oscar a la mejor película de animación y el de mejor canción (We Belong Together).
Los claros perdedores de la noche fueron los hermanos Joel y Ethan Coen, que se quedaron con las manos vacías pese a que su versión del western True Grit contaba con diez nominaciones.
Tampoco el mexicano Alejandro González Iñárritu consiguió llevarse la primera estatuilla para su país por la oscura Biutiful, que dio a Javier Bardem su tercera candidatura a un Oscar.
Después de hacerse con el Globo de Oro, la danesa In a Better World se alzó también con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
Los Oscar honoríficos fueron en esta edición 83 para Elli Wallach, Kevin Brownlon, Francis Ford Coppolla y Jean Luc Goddard. El director francés anunció hace tiempo que no iría a la ceremonia.
