Comportamiento canino

Es importante tomar consciencia de que los perros desde el momento que nacen aprenden conductas diversas, las cuales no se pueden discriminar como malas o buenas. Primero con su madre y sus hermanos de camada y luego, con quienes les toque vivir, estructurarán su manejo con base en hábitos que se van arraigando con el tiempo y las repeticiones. Desde el primer contacto con el cachorro, usted estará moldeando no solo su futuro accionar, sino también marcando el lugar jerárquico de cada uno en el núcleo familiar. Si adoptara un ejemplar adulto, si bien es mayor la carga aprendida que trae el nuevo integrante, perfectamente se puede reestructurar su conducta y sus costumbres, en pos de una armónica convivencia. Otro factor importante es saber que la educación y el adiestramiento van de la mano, pero no son lo mismo. La primera es el accionar de su perro en lo cotidiano y comparado con el humano; el adiestramiento, por su parte, es una serie de comandos útiles para la obediencia y actividades específicas, pero no influirá demasiado en los malos hábitos, como por ejemplo romper objetos, ladrar indiscriminadamente, marcar los muebles o escaparse de su casa, esto tendrá que solucionarlo usted en lo cotidiano con habilidad, comprendiendo cómo y por qué actúa un perro y con técnicas generalmente sencillas que le transmita un profesional idóneo. Es importante seguir remarcando que cada raza canina tiene propensiones genéticas que seguramente materializará en su diario accionar. No hay perros buenos o perros malos, hay perros bien o mal educados.