Las razas caninas se dividen por grupos que presentan determinadas características similares entre los miembros que lo conforman. El shiba inu es considerado dentro del grupo de los spitz y se puede observar que posee rasgos comunes con sus compañeros husky siberiano, alaskan malamute, akita inu, pomerania y otros.
A simple vista todos ellos tienen orejas erguidas y en punta, cola levantada y curvada sobre la espalda, cabeza con reminiscencia de zorro y abundante capa de pelo y lanosa, cubierta por una más larga.
El shiba inu, o traducido al español “perro pequeño”, data de miles de años de existencia en Japón, donde se lo utilizaba como perro cazador de aves y otros animales no demasiado grandes.
Esta raza, como tantas otras, tuvo una etapa obscura cuando era cruzada con perros de cacería ingleses, como por ejemplo los setters, para otorgarle mayor funcionalidad a su tarea. La pureza de la raza estuvo en peligro de extinción hasta que en la década de 1940 se decidió preservarla con un plan de cría, por considerarla un importante patrimonio de la cultura milenaria japonesa.
El shiba inu es un perro vivaz, alerta, independiente, de fuerte carácter, limpio y al igual que todos los spitz su adiestramiento no es para cualquiera.
Es necesario conocer su especial perfil psicológico para motivarlo e inducirlo a la obediencia, aspecto del cual no gusta demasiado, debido a su natural independencia.
Es un excelente guardián de aviso y un maravilloso compañero, que aunque gusta del contacto humano, no es de los que les agrada que lo molesten demasiado.
Su altura es de 37 cm, y su manutención muy sencilla, sin requerimientos especiales.