Rocio Ayuso De EFE LOS ANGELES, EU. -La comedia y el buen humor son el resumen de la vida de Bob Hope, el eterno comediante que hoy, jueves, cumple cien años convertido ya en "ciudadano del siglo".
Se trata de un centenario con el que el mundo entero parece dispuesto a celebrar, a pesar de que el homenajeado permanecerá en su casa del barrio de Toluca Lake, en Los Angeles, retirado de todas las celebraciones debido a su frágil estado de salud.
Sólo una razón así podría mantener alejado del bullicio a este artista nacido en Inglaterra, pero que a lo largo de su vida y su carrera se ha convertido en una de las principales figuras del humor de EU.
"El está encantado y nosotros estamos abrumados por las muestras de amor, admiración y buenos deseos que hemos recibido para papá del público americano", declaró a la prensa la hija mayor del cómico, Linda Hope.
Son muestras de cariño que complementan 80 años de carrera profesional, más de mil 500 premios, entregados tanto por la reina Isabel II, como por la Casa Blanca o el Papa, además de ser el primer civil condecorado por el Ejército estadounidense como veterano de guerra.
No en vano Hope fue a lo largo de los años una de las personas que más humor, sonrisas y esperanzas llevó a las tropas estadounidenses en tiempos de guerra.
También están sus cinco estatuillas del Oscar -una ceremonia que ha presentado más veces que nadie- aunque todas ellas de honor, porque pese al éxito de sus 50 películas ninguna de ellas le consiguió el premio en competición, como él mismo ha recordado.
Héroe en todos los medios artísticos, desde el vaudeville hasta el cine, pasando por la radio y la televisión, Hope es reconocido sobre todo por sus labores humanitarias y por su presencia constante alentando a las tropas en todos los conflictos bélicos de importancia del pasado siglo, a excepción de la Primera Guerra Mundial.
Hope es mucho más que un cómico y así se refleja estos días en la exposición de cartas en su honor que tiene lugar en la Biblioteca Ronald Reagan.
Como subraya en una de esas misivas la madre de un infante de marina que murió en la Segunda Guerra Mundial, solo días después de haber disfrutado por unos minutos uno de los espectáculos del humorista en el frente, ha llegado el momento de dar las gracias a Hope por hacer reír, incluso en los peores momentos.
Esta exposición representa una de las numerosas muestras que a lo largo del año han querido reconocer a este artista en cualquiera de sus facetas.
Para ello, el Desfile de las Rosas, con el que Estados Unidos comienza el año, ha creado un premio a perpetuidad bajo el nombre de "Trofeo Bob Hope al humor" y el actor cuenta con su propia sala en la Biblioteca del Congreso, en Washington, a la que donó 85 mil páginas conteniendo muestras de su humor.
Además se hizo un especial televisivo de dos horas transmitido el mes pasado, una placa en su honor en el paseo de las estrellas del bulevar Hollywood como "ciudadano del siglo" y la reedición en video y DVD de 17 de los clásicos de Hope.
Otras felicitaciones llegarán con la forma de su nombre, con el que fue bautizada no solo la famosa esquina de Hollywood y Vine, el corazón de la Meca de los sueños, sino la calle en la que reside.
Según su familia, hace años que Hope no puede comunicarse con el mundo dada la fragilidad de su salud, pero junto a él estarán todos los que le han querido, incluida su esposa Dolores, que esta semana cumplió 94 años.
Dolores lleva casada con Hope 69 años, durante los cuales adoptaron cuatro hijos.
Según Linda Hope, su madre también tiene un estado frágil de salud y sufre fuertes dolores musculares que impedirán que su cordialidad habitual se refleje en estos festejos.
Como subrayó la mayor de sus hijos, estos problemas de salud harán que el hombre que hizo reír a 11 presidentes sople las velas en su habitación, mirando hacia el jardín de su casa.
Esta sencillez contrastará con las 2 mil tarjetas de felicitación ya recibidas, además de los miles de correos electrónicos, deseando una vez más lo mejor a este humorista o dándole las gracias por tantas sonrisas.
