Ana Teresa Benjamín abenjami@prensa.comViajar es casi siempre delicioso y excitante, pero hay errores y deslices que pueden arruinar cualquier intento de diversión. Desde olvidar una cámara fotográfica en el mesón de la compañía aérea -como le ocurrió a Carlos- hasta darse cuenta de que no se tiene visa para entrar a un país.
¿Quiere despojarse de algunos sustos? ¿Disfrutar sin preocupaciones? Lea algunos tips que, según los expertos, le ahorrarán un dolor de cabeza.
1. Nada de compras por impulso
Las ofertas pueden ser abundantes, pero si realmente no va a viajar el 1 de agosto próximo, pues no caiga en la tentación de comprar. Los boletos con descuentos descomunales solo funcionan para las fechas que dicta la promoción; si al final no puede viajar, terminará pagando más por penalidades que por el valor del boleto.
2. Anticipe sus salidas
Los viajes se planifican; no son como los antojos. Una buena manera de empezar con el pie izquierdo es "preparar" un viaje un mes antes de las vacaciones. Si le tocan días libres en mayo, por ejemplo, vaya pensando dónde querría estar el próximo año para esas fechas. Un mes antes, ya es tarde. ¿Por qué? Porque mientras más próxima esté la fecha del viaje, más caro encontrará el boleto. Para colmo le tocará el asiento más incómodo, porque los viajeros organizados se habrán apoderado ya de los mejores puestos.
3. Sepa a quién le compra
Siempre es bueno comprar en una agencia de la que se tenga referencia. Allí podrá preguntar todo lo que quiera. Si no le contestan como espera, salga y busque otra. Comprar los boletos en las agencias de viaje tiene la ventaja de que allí le ayudarán a poner en orden toda la documentación que necesitará. En las líneas aéreas no prestan este servicio. Claro que comprar el boleto en las agencias le saldrá un poco más caro porque, al fin y al cabo, funcionan como intermediarios. Otro elemento para confiar es la membresía IATA para agencias que trabajan directamente con las compañías aéreas. Puede verificar este dato llamando al 223-3007.
4. Por favor, no olvide lo básico
Parece demasiado obvio pero, como dice el refrán, todo es posible en la villa del Señor. Verifique que su pasaporte esté vigente y, sobre todo, tómese el trabajo de averiguar si necesita visa para el destino al que va. Es muy frustrante que lo devuelvan con las maletas hechas, ¿no?
5. Un viaje puede convertirse en desastre...
Sí, si usted está en un país donde no conoce a nadie, le da un tremendo dolor estomacal y no tiene idea de cómo encontrar un médico o un hospital. Puede sonar luctuoso, pero se han dado casos de turistas muertos que quedan totalmente a la deriva.
Lo mejor para estos casos es contratar un programa de asistencia al viajero, para contar con la tranquilidad de que, si le duele una muela o necesita operarse de urgencia, el asunto se resolverá con un simple telefonazo.
6. ¿Y las maletas?
Si quiere andar arrastrándose por el aeropuerto con dos maletas enormes y otras dos más colgándole del cuello, pues, adelante, pero créalo: el viaje no será nada placentero. Lleve lo que puede cargar, no solo por comodidad, sino porque si lleva en exceso, tendrá que pagar por sobrepeso.
La otra parte de la historia es cuando llega a su destino, pero no así sus maletas. Esto está fuera de su control, claro está, pero para sobrevivir a estas vicisitudes vale la pena llevar en el bolso de mano todos los documentos que le dan existencia a su ser, más cepillo de dientes, pasta dental, una muda de ropa interior y, si le cabe, hasta una camiseta extra.
7. Preste atención a los horarios
No crea que todo lo podrá resolver a última hora. Si el tiquete de avión le dice que esté dos horas antes de la hora de partida, hágale caso. No solo ganará paz emocional, sino que tendrá tiempo para registrarse con tranquilidad y no se arriesgará a quedarse en medio aeropuerto, abandonado por el vuelo.
8. No se vaya en el primer taxi que le ofrezca el servicio
Los expertos dicen que es mejor contratar a un operador del país de destino para que pase a recogerlo al aeropuerto. Pero si no tiene esta posibilidad y tampoco tiene a ningún familiar que lo vaya a buscar, pregunte por un servicio de taxi que sea confiable y averigüe la tarifa oficial. Como le verán cara de extranjero, siempre querrán cobrarle de más.
Otro dato: lleve siempre consigo el papel o la libreta donde apuntó el nombre del hotel, la dirección, el número de teléfono y el nombre del contacto en el país de destino. En pocas palabras, sepa a dónde se dirige. Si alguna autoridad le pregunta y usted se queda en blanco, puede que le nieguen la entrada. Recuerde, la amenaza terrorista ha puesto más difíciles las cosas.
9. Mida los riesgos
Sí, todo viaje tiene su cuota de aventura, pero no exagere. Con la moda del turismo ecológico, hay miles de paquetes y ofertas que suenan de lo más bien, pero pregunte. No arriesgue su seguridad. El turismo de aventura debe ser lo suficientemente emocionante como para activarle la adrenalina -de acuerdo con su estado físico y de salud- y lo suficientemente seguro como para evitarle accidentes por negligencias.
Por supuesto, si no quiere terminar en la comisaría o algún sitio similar, no vaya a lugares peligrosos, oscuros o con mala apariencia. Hágale caso a su instinto.
10. Siga los consejos de la abuela
No coma en cualquier fonda, ni beba agua de cualquier sitio. Compre agua embotellada y coma con moderación en lugares que le hayan sido recomendados. Otro sabio consejo: prefiera los cheques de viajero sobre el dinero en efectivo. Claro está, siempre lleve algo por si quiere meterse en un mercado de artesanías. Las tarjetas de débito y crédito siempre ayudan.





