Cisneros no oculta que Bagdad Rap está en la línea del Fahrenheit 9/11 de Michael Moore.
Además, "coincide con el sentir del Estado español y ese es el objetivo número uno del documental, dar otro punto de vista a la versión oficial (de la guerra) y conseguir la mayor difusión a nuestra denuncia", declaró a EFE a su paso por Los Angeles
Cisneros cuenta lo que vio como parte de uno de los grupos de extranjeros que tuvieron la oportunidad de viajar a Bagdad antes de que comenzaran los bombardeos.
Su único apoyo fue la coordinación del Comité de Solidaridad con la Causa Arabe, que facilitó un viaje que muchos consideraron un plan para establecer "escudos humanos".
El realizador es rápido a la hora de desmentir esta idea, asegurando que la única finalidad de esos grupos fue la de mantener una presencia constante en Irak para poder así ofrecer el testimonio más directo.
"Lo que vi allí fue gente que nos abrió los brazos, sin miedo, con mucha resignación y mucha dignidad", afirma.
Las imágenes de Bagdad Rap así lo rubrican, mostrando la calma antes de la tormenta. Luego vienen esas otras imágenes, difíciles de mirar, de los daños causados entre la población civil.
Un testimonio que forma parte del informe presentado en algunos tribunales internacionales para buscar responsabilidades a la muerte de 15 mil víctimas civiles.
El documental también incluye las conclusiones del primer Congreso Internacional sobre Armamento con Uranio Empobrecido y su efecto en la población civil.
"Algunos lo tacharán de tendencioso, pero lo que hemos querido reflejar es la rabia que teníamos dentro", afirma.
