El viaje no era fácil. Comenzó al abordar un bus que los llevó hasta la ciudad de David, en la provincia de Chiriquí. Allí pasaron la noche en el único hostal: The Purple House. Al día siguiente, volvieron a recorrer la carretera Interamericana en bus, ahora por 45 minutos, hasta el cruce de Horconcitos, en el distrito de San Lorenzo. Diez minutos más en taxi fueron necesarios para llegar hasta Boca del Monte, donde el recorrido siguió a pie y, a ratos, en taxi.
Cruzaron un puente peatonal sobre el río Fonseca, para llegar a la comunidad de Paso Ganado, donde conocieron a Mayito, un joven ngöbe que iba de regreso a su hogar en Cerro Banco. Mayito los guió por "la vuelta del cerro Pavón", un difícil camino de cinco horas con una larga subida azotada por el sol. Ya en la comunidad indígena de Cerro Banco fueron recibidos por un grupo de niños: Miguelito, de primer grado; Adelaida, de tercero; Oscar, de sexto y Orlando, quien no asistió a la escuela el año pasado. El decidió quedarse en casa ayudando a su madre, además de que el primer ciclo le queda a varias horas de camino. Los cuatro niños lucían desnutridos.




