Sin embargo, también existe en el organismo un aminoácido azufrado derivado de la metionina, cuyos altos índices en la sangre podrían inducir la enfermedad vascular.
Este elemento recibe el nombre de homocisteína.
Desde 1976 data el primer estudio en el que se expresa una mayor presencia de este aminoácido en pacientes que sufrían infarto agudo de miocardio. Asimismo, la homocisteína ha sido fuertemente relacionada con la función cerebral. El metabolismo de este aminoácido está estrechamente vinculado al de las vitaminas del grupo B, en particular, el ácido fólico y las B6 y B12.
Cuando un individuo presenta carencias de cualesquiera de éstas, los niveles de homocisteína en su torrente sanguíneo suben y hay un mayor peligro de desarrollar trastornos cardiovasculares.
Sus causas son por el factor genético. Se ha mostrado que 1 de cada 10 personas podría heredar el gen que le hace más propenso a fabricar homocisteína.
