Mientras uno de ellos se horrorizó de inmediato, el otro se mantuvo con la seguridad de haber hecho lo correcto.
Para Restrepo, lo mismo sucede cada jornada cuando, en el ejercicio de su oficio -"el mejor del mundo", Gabo dixit- el periodista se enfrenta a dilemas éticos que ponen en la balanza el deber de contar la verdad, junto a los intereses, presiones y peligros.
El dilema es más complejo si, como en el caso de la ponencia de Restrepo, se trata "de un periodista ético frente a un medio no ético".
Nada raro, en realidad; es el pan nuestro de cada día de muchos periodistas que, en éste y otros rincones del mundo, se enfrentan a los poderes cuando intentan contar la verdad.
Restrepo echó mano de la utopía, para explicar la misión de los medios de comunicación -como servicios públicos que son- y de los periodistas. "La utopía no existe, hay que construirla y de eso se trata", comentó.
Y como claros ejemplos de utopías por construir, Restrepo citó los editoriales de las primeras ediciones de varios importantes diarios del Continente, que dejaban en evidencia la misión ética que todos se habían impuesto.
La urgente investigación

