Héctor Gallego desapareció la noche del 9 de junio de 1971 cuando se encontraba durmiendo en su humilde rancho ubicado en la comunidad campesina de Santa Fe, Veraguas.
Edilma Gallego, hermana del sacerdote desaparecido, dijo que no se siente satisfecha con las investigaciones que se han realizado sobre este caso, porque aún no tiene resultados positivos y completos.
Gallego aseguró que han existido testimonios de que su hermano está enterrado en varios sitios. Su hijo y ella, destacó, han viajado hasta estos lugares con la Comisión de la Verdad, pero desgraciadamente no han logrado ubicar la tumba de Héctor Gallego, pero, a pesar de que ha pasado bastante tiempo, tiene la esperanza de que algún día va a saber la verdad sobre todo lo que sucedió con su hermano.
Lo que le queda de ahora en adelante es seguir luchando y tocar el corazón de las personas que de una u otra forma saben dónde están las fosas comunes en la que también hay muchos hombres y jóvenes, cuyas esposas y madres esperan saber cuál fue la suerte que corrieron en tiempos de los militares, señaló.
Lo importante, dijo, es que todos los familiares de los desaparecidos quieren saber dónde se encuentran sus seres queridos enterrados y así darle un punto final a esta larga agonía y sufrimiento.
Dijo que espera que el nuevo gobierno de Martín Torrijos entienda su lucha, porque nunca en este caso se ha tomado la bandería política, y solo ha solicitado el derecho de conocer la verdad, tal cual se ha hecho en otros países.
Edilma Gallego brindó estas declaraciones en la convivencia que se realizó con los campesinos en Santa Fe, conmemorando los 33 años de la desaparición del sacerdote colombiano.
En tanto, el sacerdote Conrado Sanjur, presidente de la Coordinadora Popular de los Derechos Humanos de Panamá (COPODEHUPA), reitera que existe una sensación de insatisfacción popular porque después de más de tres décadas de ocurrido este hecho, la investigación de este asesinato no está completa.
Destaca que los militares que fueron condenados por el crimen de Gallego están fuera de la cárcel con medidas cautelares, cuando aún no se ha podido recobrar el cadáver del sacerdote colombiano.
Agrega el padre Sanjur que existen serias dudas sobre si los militares condenados fueron los autores intelectuales y materiales de este homicidio.
"Estamos casi seguros de que los verdaderos asesinos de Gallego aún caminan tranquilamente por las calles del país", indicó.
Por este caso fueron condenados a 15 años de prisión el ex capitán de la Guardia Nacional Melbourne Walker, el teniente coronel Nivaldo Madriñán Aponte. Ambos fueron beneficiados en el 2000 con una medida cautelar de arresto domiciliario por estar padeciendo quebrantos de salud. Walker tiene 79 años de edad y Madriñán, 60 años en la actualidad. Nelson Eugenio Magallón, quien también resultó condenado por este caso, nunca ha sido detenido.

