Dos meses después de su último partido, el estadounidense Andre Agassi volverá a probarse a sí mismo en la Copa Masters de Shanghai, donde no solo tendrá que desafiar a los mejores jugadores del mundo, sino también a su edad y problemas físicos.
A sus 35 años, Agassi, que debuta mañana lunes ante el ruso Nikolai Davydenko, afronta su decimotercera participación en el torneo que pone punto y final a la temporada y que reúne a los mejores del año.
Sin embargo, su larga pausa —no juega desde que perdió la final del US Open ante el suizo Roger Federer— convierten su rendimiento en una incógnita.
"Es algo que siempre es difícil, en cualquier circunstancia. Y más después de no jugar", reconoció.
Cuatro veces finalista, Agassi ganó sólo en una ocasión el torneo de maestros, y el triunfo data de 1990, en Frankfurt, cuando tenía 20 años.
En su última participación, en 2003 en Houston, alcanzó la final, pero apenas pudo oponer resistencia a Federer.
Ahora, llega a Shanghai arrastrando dolores en el nervio ciático de su espalda, que le han obligado a infiltrarse en varias ocasiones durante toda la temporada.
En cualquier caso, la palabra retirada todavía no parece formar parte de su vocabulario y después de tratar a conciencia su lesión, está ansioso por asumir el riesgo de lanzarse a la jaula de leones que le espera en el Masters.
¿Por qué no? ¿Por qué no lanzarse al fuego? Eso solo hará las cosas más fáciles para el año que viene", advirtió el jugador de Las Vegas.
"Estuve cuidándome bien (la lesión). He aprendido algunas cosas y los resultados son buenos".
"Necesito prepararme para otro año y mantener el tenis en el primer término de mis pensamientos", dijo.
"Si puedo alcanzar mi mejor forma aquí, ya estaré agradecido", terminó diciendo el tenista estadounidense que es visto como un ejemplo para las futuras generaciones.
