Al parecer el cargo de técnico le cae muy bien al veragüense Roberto Tito Aizprúa, y es que a pesar de que era el más joven de esta temporada, además de no contar con un súper equipo, llevó a Veraguas a ser campeón juvenil este año 2010.
Pero levantar trofeos no es cosa nueva para Tito.
En categorías menores este técnico interiorano ha logrado una gran cantidad de títulos y este año se consagró en la categoría superior.
Aizprúa ya había ganado en 2005 el nacional de la categoría preintermedia y ese mismo año se anexó el latinoamericano en Islas Vírgenes.
En 2006 fue campeón Intercontinental en Michigan-Estados Unidos y subcampeón mundial en Detroit.
Ese mismo año formó parte del cuerpo técnico del equipo juvenil de Veraguas que se coronó sobre Chiriquí en siete partidos, el cual era dirigido por el cubano Primitivo Díaz.
“Todos son logros muy importantes para mí, pero la garra de los peloteros que he dirigido es algo que hay que resaltar. Es verdad que soy muy joven, 30 años, pero me gusta ilustrarme del deporte que amo”, comentó el “gran jefe de la tribu” con voz entrecortada por la emoción.
Sobre el galardón conseguido este año señaló que sus muchachos demostraron coraje en el terreno y que a pesar de que casi nadie daba nada por Veraguas hoy son los campeones nacionales.
“Estoy satisfecho… mejor, muy, muy satisfecho del trabajo de todo el grupo, de mi cuerpo técnico y gracias a Dios y a los que estuvieron con nosotros en todo momento”, acotó Aizprúa, quien es educador físico en Santiago.
Destacó que el triunfo es el resultado de la sumatoria de esfuerzos.
“No hubo estrellas, ya que en este equipo todos contribuyeron al éxito. La unidad se mantuvo hasta el final entre los jugadores”, sostuvo el timonel veragüense.
En su recorrido al título los veragüenses tuvieron que emplearse a fondo.
El equipo de Veraguas se clasificó a la ronda de seis luego de jugar un partido de desempate ante Los Santos.
Posteriormente los Indios barrieron a Bocas del Toro para ingresar a la ronda final.
De la mano de un balanceado staff de lanzadores, encabezado por Rafchen Hernández y Severino González, los Indios lograron consolidar un equipo contendor que fue abriéndose paso en el campeonato.
Si un jugador clave en el funcionamiento de este equipo se llama Ulices Montilla, un jugador de cuadro interior que salvó dos juegos vitales para su provincia en la serie final.
Además, Montilla fue la bujía en la parte ofensiva del equipo interiorano.
La preparación, reconoce el timonel de los Indios, fue fundamental para que este plantel se mantuviera firme en sus pretensiones.
“Tuvimos una rigurosa preparación y eso nos ayudó muchísimo para mantener el ritmo de juego hasta el final”.
