Evita enseñarle los dientes y la trata con diplomacia, pero Brasil llega con sed de venganza hoy, sábado, cuando choque contra Francia por el pase a las semifinales de la Copa del Mundo.
El técnico Carlos Alberto Parreira y los jugadores han evitado hablar de revancha, pero posiblemente eso es de la boca para fuera: los brasileños difícilmente olviden que Francia los eliminó en los cuartos de final del mundial de México 86 y les incrustó una espada en el pecho al vapulearlos 3-0 en la final del 98.
El duelo entre los dos últimos campeones mundiales tiene ingredientes por doquier, y uno de ellos es la oportunidad dorada que se le presenta a Ronaldo de redimirse después del turbulento episodio que vivió previo a esa nefasta final hace ocho años en París.
El ariete del Real Madrid, en ese entonces de 22 años y astro del Inter, sufrió un misterioso cuadro de convulsiones previo al partido; fue un fantasma en la cancha y arrastró a su equipo al despeñadero.
Ronaldo y otros protagonistas de esa final, incluyendo al francés Zinedine Zidane, se vuelven a ver las caras, en un partido que luce equilibrado, aunque con Brasil arriba en las apuestas.
Ahora el Fenómeno, trepado como el máximo artillero en la historia de los mundiales con 15 tantos, tiene la ocasión dorada de redimirse, sepultar ese capítulo negro y darle la despedida a su amigo Zizou.
Se trata también del primer equipo de fuste que enfrenta Brasil en lo que va del mundial, ya que en la primera ronda le ganó a rivales con escasos antecedentes y en los octavos de final eliminó al debutante Ghana.
Francia debió esperar hasta la última fecha de la primera ronda para clasificarse, pero en los octavos mandó para su casa a una alzada España al endosarle un 3-1.
"Los dos equipos están muy cercanos en términos de calidad, aunque Brasil luce un poco mejor que Francia", dijo en una reciente entrevista el legendario Tostao, campeón con la selección verdeamarela en 1970. "Pero Brasil no puede equivocarse esta vez. No me sorprendería que sea derrotado’’, afirmó.
Parreira calificó el partido como un "clásico" del fútbol mundial y rechazó que se le vea como una revancha.
Ambos equipos tienen piezas de lujo en sus filas; una retaguardia hasta ahora bastante confiable, un mediocampo con cerebro y talento y una delantera con armas letales pero que no engranan del todo.
Si Brasil se vanagloria en tener a sus astros Ronaldinho y Kaká armando jugadas y aportando en ofensiva, Francia puede replicar con su capitán y bujía Zidane.
Si Brasil enseña a Ronaldo y Adriano, Francia puede sacar a su principal carta de gol, Thierry Henry.