El guardameta angoleño Joao Ricardo es un extraño caso en el Mundial, un portero sin club, contra el que ayer se estrelló la selección mexicana en su empate (0-0).
Fruto de un pacto con el seleccionador angoleño, Luis de Oliveira Goncalves, Joao Ricardo se comprometió a entrenarse en solitario durante doce meses para mantener la forma. Nacido en Luanda, Joao Ricardo emigró a Portugal, con cuatro años, tras la independencia del país, y allí ha desarrollado su carrera profesional, en clubes más que modestos, hasta que en 2004 el Moreirense, decidió no renovarle el contrato.
Desde entonces, el meta angoleño busca un club sin éxito.
