OPINIÓN IAunque el título de esta columna sugiere que solamente usaremos como tema el béisbol, ocasionalmente me referiré a otros deportes que conozco y que estoy convencido, son de interés para nuestros apreciados lectores.El miércoles en la noche, un poco cansado, después de participar en la narración del GRUPO EGSA, del juego entre los Medias Rojas de Boston y los Angelinos de Los Ángeles, llegué a mi casa y me puse a ver televisión, y me encontré con un partido del Abierto de Tenis de Estados Unidos, en vivo, desde el Estadio Arthur Ashe en Queens, Nueva York, entre el legendario estadounidense Andre Agassi y el joven y también norteamericano James Blake.
Cabe anotar que este torneo es uno de los cuatro más importantes del mundo, siendo los otros tres Wimbledon en Inglaterra, el Roland Garros, en París, Francia y el Abierto de Australia, en Melbourne, de los cuales el veterano Agassi ha ganado varios.El juego duró dos horas y 51 minutos y fue una guerra campal, desde principio a fín, en la cual se enfrentaban un veterano de mil campañas, Agassi con 35 años a cuestas y Blake, un joven, inteligente, más fuerte, más rápido y más preciso y con solamente 25 años de edad. El deporte del tenis es tremendamente dinámico, por lo que a la edad de 35 años la mayoría de los jugadores ya se han retirado. El partido me mantuvo atento a cada uno de los fantásticos tiros de estos dos verdaderos ases del tenis, a pesar de mi cansancio y el mismo terminó a las 12:15 de la madrugada, con la victoria de Agassi, 3-6, 3-6, 6-3, 6-3 y 7-5.Como podemos notar en el marcador, el joven Blake ganó los dos primeros sets con relativa facilidad, pero Agassi, a pesar de mantenerse en desventaja supuestamente por la edad, ripostó como los buenos, ganando con el mismo marcador los dos sets siguientes. Ambos jugadores se mantuvieron sirviendo en forma impecable y a velocidades que promediaban unas 120 mph, haciendo sus tiros, tanto de backhand como de forehand con gran potencia, hacia las esquinas de sus respectivas canchas contrarias, lo que parecía que aniquilaría al veterano.
El último set se inició con ventaja para Blake, pero Agassi hábilmente recortó la ventaja y terminó ganándolo en tie breaker. Los treinta mil fanáticos que se mantuvieron presenciando el partido hasta temprano en la madrugada, estaban divididos, la mitad con Agassi y la otra mitad con Blake, pero lo cierto es que todos disfrutaron un partido histórico que se mereció ser el final de este gran torneo.La calidad demostrada por estos dos grandes tenistas es imposible describir con palabras, pero los que vimos el partido pudimos dormir felices, en la seguridad de que había ganado el mejor y que el veteranísimo Agassi tiene la oportunidad de ganarse otro de los grandes torneos.
El autor es comentarista deportivo
