OPINIÓN. Si algo he aprendido como periodista es que muchas veces las miradas y los gestos corporales dicen más que las palabras. Y en ese sentido, el mejor escenario que he encontrado para leer miradas e interpretar la comunicación no verbal de los jugadores han sido los camerinos de béisbol. Justamente porque el béisbol es eso, un juego de señales y aquel periodista que no sepa captarlas, simplemente está frito, y eso me ha ayudado mucho, incluso para saber manejarme y emplear un poco de sicología, especialmente cuando de entrada queda establecido que los periodistas no siempre somos bienvenidos, como ocurrió ayer a nuestra llegada al Club de Golf de Cerro Viento, donde se llevó a cabo el torneo de golf de las estrellas nacionales y extranjeras que fueron invitadas a formar parte de la II Gala de la Fundación Omar Moreno. Una desagradable experiencia y un irrespeto total a nuestro trabajo, cuando fuimos vetados en la cobertura de este evento, cuyo propósito valoramos en su justa medida, pues se trata de concretar el gran sueño de crear una academia en la que los niños tendrán la oportunidad de educarse y ser hombres útiles a la patria.
¡Qué pena! A nuestra entrada al lobby del Club de Golf se nos informó que el evento de las estrellas, manejado por la Fundación Omar Moreno y la Embajada de Estados Unidos, era exclusivo para unos cuantos y que por lo tanto teníamos que retirarnos. Y así lo hicimos, aunque me quedé un rato más esperando mientras el slugger panameño Carlos Noriel Lee se preparaba para hacer sus primeros swings antes de completar el recorrido de los 18 hoyos en esta exigente cancha de golf. Señores, lo que ocurrió ayer es totalmente irresponsable y no debe repetirse, así sea que haya sido una exigencia de los organizadores.
Lo inexplicable es que ninguno de los organizadores se tomó la delicadeza de informar a los medios la noche anterior que el torneo de golf era a puerta cerrada.Sencillo y grábenselo: el derecho a la comunicación debe ser libre y plural, es decir, constituye una libertad individual y debe ejercerse sin exclusividades.
El autor es periodista.
