Los poderosos Boston Celtics definirán a partir de hoy, martes, ante los Detroit Pistons el campeón de la Conferencia Este, pero el "lobo" ya no asusta tanto como al inicio de los choques de postemporada.
Con un resultado de 66 victorias y solo 16 reveses en la campaña regular, el mejor entre todos los equipos, el reverdecer de los Celtics en 2007/2008 lo colocaba como la clásica "aplanadora". No se detendría ante ningún equipo del Este y esperaría por los "duelos de la muerte" en el Oeste para conocer a su adversario en la final de la NBA.
Pero ni los Atlanta Hawks primero, ni los Cleveland Cavaliers después, se amilanaron por enfrentar al "trabuco" de Boston y en ambas series hicieron sufrir hasta el último minuto al técnico Doc Rivers y sus discípulos.
Los discretos Hawks, con 37 victorias y 45 reveses en la primera ronda, perdieron en siete encuentros a pesar de que ningún especialista les concedía posibilidades de imponerse a los Celtics.
Más agónico y dramático resultó el triunfo de los Celtics frente a los Cavaliers, también 4-3, debido al desempeño del astro LeBron James, quien en el choque final se fue con 45 puntos, aunque insuficientes para conquistar el ansiado éxito. Individualmente, Kevin Garnett, Paul Pierce, Ray Allen y Rajon Rondo han perdido la cohesión y la efectividad cuando viajan a otros escenarios, algo que se atribuye a una presión adicional de los adversarios y el público en cancha adversa.
Los Pistons (59-23) finalizaron con 1-2 en la serie ante los Celtics en la etapa regular. Ganaron el primer choque como visitantes 87-85 y después cayeron 92-85 (en Cleveland) y 90-78 en Boston.
Esos días de descanso, tras imponerse en cinco juegos a los Magic, permitieron la recuperación del armador Billups, aquejado de una lesión en la pierna derecha. El aporte del base titular de los Pistons será un elemento de mucho peso en los resultados de la serie.
