Zuluaga, cuyo mejor resultado en un torneo "grande" era la tercera ronda, se desenvolvió ayer como toda una veterana en octavos de final y superó a la húngara Aniko Kapros por 6-4 y 6-2.
La clave del partido estuvo en el acierto y la agresividad de Zuluaga, que sumó 18 golpes ganadores por sólo ocho de su rival. Su triunfo podría haber sido incluso más amplio, porque dispuso de 15 puntos para quebrar el saque de su rival, de los que sólo aprovechó seis.
"Estoy como calmadita, estoy con toda la adrelanina dentro de mí. Estoy feliz y contentísima", comentó Zuluaga, que partía como cabeza de serie número 32 y ya está entre las mejores: junto a ella se clasificaron ayer para cuartos la belga Justine Henin-Hardenne, la estadounidense Lindsay Davenport y Mauresmo, tres nombres más que consagrados.
Nada más ganar llamó a Colombia para compartir su alegría con la familia, pero a punto estuvo de terminar todo un baño de lágrimas. "Están todos emocionadísimos. Les pedí que pararan porque si no, no iba a parar de llorar. Estoy orgullosa de formar parte de la familia que tengo", agregó.
Pocos días después de cumplir 25 años, Zuluaga está experimentando un cambio sustancial en Melbourne, un torneo que a buen seguro no olvidará. Por lo pronto, de Australia saldrá con el mejor ranking de su carrera. Actualmente está en el puesto 36, y su tope está en el lugar 31, alcanzado en 2000.
Además, en el torneo australiano está empezando a negociar, y con éxito hasta ahora, aspectos externos al puro juego. Por ejemplo, la presión de saberse favorita ante rivales en ascenso como la húngara Kapros. O también olvidarse de su polémica con la Federación Colombiana de Tenis.
Antes y durante el partido, Zuluaga demostró una gran capacidad de abstracción. Después se refirió al asunto con afán conciliador. "Por nada quise ofender, y lo vuelvo a repetir, si en algún momento dije cosas que odio volver a repetir, no fue con ninguna intención, no son palabras para tratar a ninguna persona". "No quiero que por culpa mía nadie vaya a quedar metido en un lío judicial. Lo repito: no quiero meter a nadie en un problema por sólo cumplir con su trabajo de periodista".